26/8/09

De qué sirven las lágrimas

No sirve de nada llorar, ni patalear, ni emputarse con la nada, ni maldecir a los hijoeputas que matan y destruyen en nombre del orden, del desarrollo, de su única manera de entender las cosas.
Esta madrugada, otra vez, otra brutal masacre contra indígenas Awá y no pasará nada porque la historia no ha hecho sino comenzar y el presidente-asesino será reelegido y ese país que se retuerce con las entrañas llenas de mierda estará feliz porque Juanes canta en La Habana o porque Obama se pone una manilla con la bandera de Colombia o por no sé qué estupidez cultural.
Si las cosas son como son, Colombia estaría de luto permanente mientras no cesen estas muertes, esos desplazados, esa violenta injustucia que todos los días machaca a indígenas, campesinos y sectores populares urbanos... No será así.... no será... esta es la historia de Tulia, asesinada esta madrugada junto a 11 miembros de su familia. En su casa, en la misma humilde casa a donde llegó hace unos meses sin su marido. Esta vez ha sido tan descarado que ni siquiera han podido acusar a los de siempre... Las armas truenan y siempre apuntan a los mismos.

"Los indígenas Awá de Nariño vivieron en la mañana de este miércoles un nuevo episodio de terror. A las cinco de la mañana, un grupo de hombres armados, encapuchados y vestidos con prendas militares llegó caminando al resguardo Gran Rosario, ubicado en la vía que comunica a Pasto y Tumaco.

Los encapuchados ingresaron a una casa y comenzaron a disparar. En el suelo quedaron muertas 12 personas, entre las que se encuentran cinco niños indígenas, uno de ocho meses y los otros, menores de 10 años. Entre los adultos, está Tulia García, otra mujer y cinco hombres. Todos eran parientes y estaban alojados en aquella vivienda.

Tulia había presenciado la muerte de su esposo, Gonzalo Rodríguez, el pasado 23 de mayo. Ella denunció que ese día, a las 8 de la mañana, iba con su marido por un camino de trocha cuando se les atravesaron varios hombres uniformados, armados, portando brazaletes amarillos y pañoletas negras que les cubrían la cara y sólo les dejaban descubiertos los ojos.

Tulia denunció que esos hombres detuvieron a Gonzalo y se lo llevaron y que luego ella escuchó unos disparos. Cuando quiso ir a buscar a su esposo, según contó, los hombres se lo impidieron y uno de ellos le dijo que estuviera tranquila, que no habían disparado contra Gonzalo, y que más bien tomara el camino hacia la vía Pasto-Tumaco que por ahí encontraría a su marido.En efecto, lo encontró sentado, pero con su cuerpo encorvado. Estaba muerto, con varios disparos que le dejaron la cabeza destruida. Tulia denunció que tenía la impresión de que esos hombres de camuflado que mataron a su esposo eran del Ejército. Entonces empezó a insistir en que la muerte de su esposo fue un falso positivo, según le dijo a Semana.com una fuente que conoció su testimonio.


Ahora, los violentos fueron por ella y varios integrantes de su familia. Del sitio donde ocurrió la masacre alcanzaron a huir tres indígenas. Dos son menores de edad que están heridos. Uno de ellos es el hijo del gobernador del resguardo, Luis Rodríguez. El muchacho había sufrido un atentado hace poco y había salido de la zona, pero volvió recientemente".
Tomado de Semana.com

2 comentarios:

E Galeano dijo...

En el caso de las bases militares en Colombia no solo ofende la dignidad colectiva de América Latina sino también la inteligencia de cualquiera, porque que se diga que su función va ser combatir las drogas, ¡por favor, hasta cuando! Casi toda la heroína que se consume en el mundo proviene de Afganistán, casi toda, datos oficiales de Naciones Unidas que cualquiera puede ver en Internet. Y Afganistán es un país ocupado por Estados Unidos y como se sabe los países ocupantes tiene la responsabilidad de lo que ocurre en los países ocupados, por lo tanto, tienen algo que ver con este narcotráfico en escala universal y son dignos herederos de la reina Victoria que era narcotraficante.



No se puede ser tan hipócrita



- La reina británica que introdujo por todos los medios en el siglo XIX el opio a China a través de comerciantes de Inglaterra y Estados Unidos…



- Sí, la celebérrima reina Victoria de Inglaterra impuso el opio en China a lo largo de dos guerras de treinta años, matando una cantidad inmensa de chinos, porque el imperio chino se negaba a aceptar esa sustancia dentro de sus fronteras que estaba prohibida. Y el opio es el papá de la heroína y de la morfina, justamente. Entonces a los chinos les costó todo, porque China era una gran potencia que podía haber competido con Inglaterra en los comienzos de la revolución industrial, era el taller del mundo, y la guerra del opio los arrasó, los convirtió en una piltrafa, de ahí entraron los japoneses como perico por su casa, en quince minutos. Victoria era una reina narcotraficante y los Estados Unidos que tanto usan la droga como coartada para justificar sus invasiones militares, porque de eso se trata, son dignos herederos de esa fea tradición. A mí me parece que es hora que nos despertemos un poquito, que no se puede ser tan hipócrita. Si van a ser hipócritas que lo sean con más cuidado. En América Latina tenemos buenos profesores de hipocresía, si quieren podemos en un convenio de ayuda tecnológica mutua prestarles algunos hipócritas propios.



- Hace nueve años exactamente, usted le dijo en una entrevista en Bogotá concedida a este reportero la siguiente frase: “Dios guarde a Colombia del Plan Colombia”. ¿Cuál es ahora su reflexión respecto de este país andino que enfrenta un gobierno autoritario entregado a los intereses de los Estados Unidos, con una alarmante situación de violación de derechos humanos y con un conflicto interno que lo sigue desangrando?





- Además con problemas gravísimos que se han ido agudizando con el paso del tiempo. Yo no sé, te digo, no soy quien para darle consejos a Colombia ni a los colombianos, además siempre estuve contra esa mala costumbre de algunos que se sienten en condiciones de decir qué es lo que cada país tiene que hacer. Yo nunca cometí ese imperdonable pecado y no lo voy a cometer ahora con Colombia, solo puede decir que ojalá los colombianos encuentren su camino, ojalá lo encuentren, nadie se lo pueden imponer desde afuera, ni por la izquierda, ni por la derecha, ni por el centro, ni por nada, serán los colombianos quienes lo encontrarán. Y yo lo que puedo es decir que doy testimonio. Si hay un tribunal mundial que alguna vez va a juzgar a Colombia por lo que de Colombia se dice: país violento, narcotraficante, condenado a violencia perpetua, yo voy a dar testimonio de que no, de que ese es un país cariñoso, alegre y que merece mejor destino.

Ana García Huerta dijo...

No puede ser. Es