31/12/12
Mascarada
5/11/12
Las hojas de esta vida
Espero que las nuevas hojas viejas te hayan confirmado el tiempo que te entrego; las noches que te esperan; las caricias generosas en las que no hay dudas. En el cuarto vuelvo a encerrarme en este universo contigo para abrirme a lo único que siento que me sale bien: quererte.
24/10/12
Estado de excepción
20/10/12
Esta abrumadora ausencia
26/9/12
Contracrónica del 25S desde la rabia, la tristeza y la convicción
24/9/12
La espalda doblada
Yo la levanto cada mañana y aunque no es a mi a quien le duele trato de absorber el tuyo, de diluirlo en mi fortaleza aparente para aguantar el siguiente envión. Cuando no funciona el remedio, beso uno a uno los poros que dibujan el mapa de tu espalda, esa que sólo lleva a cipangos reales en donde la riqueza se mide en labios rozados, en párpados dignos, en la tranquila escucha que alimenta.
La espalda doblada, el signo de nuestro tiempo de esclavitudes suaves, de estupidez envasada en sentido común, de sentidos vacíos de todo lo común para llenar su opulencia de individuos aislados como islas sin aforo para más de una palmera y un egoísmo a prueba de tsunamis.
La espalda doblada es justo lo que no nos podemos permitir. Los dos, juntos, armados de la complicidad que nos amarra desde la primera mirada, levantaremos la del otro, recoseremos la frágil estructura con el tejido sutil de las almas limpias, con la dignidad de aquellas que nos enseñan y nos inspiran...
23/9/12
España: el Estado contra el pueblo
Por eso no le podemos pedir mucho al Estado. Aunque esos estados fueron los que llevaron a Europa a dos guerras "mundiales" (aunque fueran básicamente la escenificación de las luchas de ese continente), con la creación de la ONU, esos estados y sus propagandistas nos convencieron de que estaban para protegernos y para fomentar algo tan ridículo como los derechos humanos. Es decir, cuando tienes que poner en un papel lo obvio y comprometerte a cumplirlo es que no tienes ninguna intención de cumplirlo.
Al igual que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las Constituciones ordenan en el papel lo que la justicia social más básica determina. Pero lo hace con trampas: mezcla lo fundamental con lo superfluo y, ante todo, le da todo el poder a los políticos para "desarrollar" los artículos infantiles que llenan la Carta Magna.
Así que... ¿por qué asustarse de la actitud del Estado español con su pueblo? En realidad nunca lo ha respetado. Ni cuando masacró a los obreros de Vitoria en la pre-transición a la autodenominada democracia, ni cuando creo escuadrones de la muerte y le puso siglas (GAL), ni cuando se pone en lugar privilegiado en las listas de exportadores de armas...
En España no se pregunta jamás a los ciudadanos por su opinión ante las decisiones fundamentales que afectan a todas y todos los que residen en este Estado y se presume de tener un marco constitucional democrático que permite el disenso. Hasta que amenaza al establecimiento, claro está.
El 99% de los españoles no conoce su Constitución y, por tanto, es imposible que conozcamos la Ley Penal o los reglamentos que van tejiendo una red de protección para financieros y poderosos.
Por eso es interesante lo que está pasando alrededor de la convocatoria del 25S que llama a la ciudadanía a rodear el Congreso de los Diputados. Repito: rodear, no asaltar, no incendiar, no tomárselo (aunque razones no faltan para cualquiera de esas tres alternativas). El Estado ha reaccionado criminalizando a algunas de las personas organizadoras, anunciando un despliegue policial sin precedentes, hablando de golpe de Estado e intimidando a aquellas personas que participan en asambleas o reuniones abiertas sobre el 25S.
Yo no soy de los que pienso en el 25S como un parteaguas de la realidad en el estado español. No será sino uno de los happenings sociales de precalentamiento antes de la aparición de una propuesta política más madura y transfromadora. Pero sí es cierto que el 25S era un paso más arriesgado que las convocatorias de flores y amor planteadas por el 15M. La calle es un espacio de lucha, pero es la política el espacio de transformación.
Lo que ya ha conseguido esta convocatoria es mostrar la cara más represora de un Estado que está en contra de su pueblo, no sólo por las medidas políticas que adopta sino por la represión de cualquier tipo de disenso. El problema, como es habitual, es que los grandes medios de comunicación han mantenido un vergonzoso silencio informativo sobre el hostigamiento y criminalización del 25S antes incluso de que acontezca. Algún día los ciudadanos, con los ojos abiertos y más politizados, pasarán la cuenta a esos medios. Algún día el Estado, este modelo de Estado, habrá sido superado. Pero para eso habrá que trabajar mucho. Y no solo en las calles.
25/8/12
Va a ser esto...
La violencia legal y la trampa de las palabras
24/8/12
Las medidas que nunca se adoptarán
11/5/12
Tarde con un poeta (diálogo sin contraparte con Luis García Montero)
11/4/12
Nada más
2/4/12
(I) realidad
Todo es irreal cuando al llegar la noche no puedo relatarte este lento acontecer apoyado en tu pecho. Todo parece ficción contaminada cuando no eres tú la que respiras a mi lado. Todo es mentira... excepto que existes; que me haces existir.
Las sirenas suenan desacompasadas,
hay siempre helicópteros cubriendo a la ciudad con piruetas aéreas
obscenas,
las frutas parecen de cera y se niegan a pretarme su olor
no encuentro en mi pasos el ritmo de la vida que suele acompañarme
Voy a cerrar los ojos, lentito, como si no hubiera tiempo que contemplar, para acercarme a ti, para ser, como mínimo el sueño que te acompañe en este amanecer lejano.
30/3/12
Nuestro (s) tiempo (s)
Son tiempos estúpidos los nuestros, amor. Son los nuestros. Aprender a convivir en ellos es tan difícil como sobrevivirlos con un resto de dignidad. La historia y los errores no nos han servido. Despreciamos el saber de nuestros antecesores, olvidamos la palabra de nuestros propios ancestros… el brutal golpe de aquella noche de julio, la estúpida manía de acabar con el vecino en esa aldea del sur, la consistente tarea pestilente de os que cargan sombreros.
En estos tiempos –rápidos, violentos, mentirosos- es imposible mejorar en soledad. No hay lecciones, ni libros, ni clases magistrales dónde se pueda aprehender el mal olor que baja de las azoteas. Juntos, tu y yo, juntos así, sin levantar tanto la voz, sin avisar de nuestras intenciones, deberíamos ser capaces de habitar la tierra descalzos, preguntándonos, preguntándoles el porqué de la locura, el reverso de la sinrazón. Es posible que no logremos las respuestas, pero es seguro que nuestro tiempo será nuestro, y que, a punta de la necesaria duda, podremos atrincherarnos al menos en la única certeza que hoy me enraíza y me hace aire, que hoy te eleva y te hace luz. Nosotros. En este, nuestro tiempo.
Elogio a la debilidad
Nos enseñan a no llorar, a ser fuertes, a enfrentar la vida como quien sale al Coliseo convencido de que no habrá león que lo eructe en la mañana. Los que no logran esta mentira, creen en Dios o se hacen budistas: pomadas para resistir, analgésicos cargados de nada, entretenimiento para la navaja del suicida.
Por eso, sin dudarlo, te empujo a ser débil, a reconocer la muerte que llega como vómito en la madrugada, la sangre cálida y compacta de la alborada, la puta injusticia que nos arranca a los nadie… y llorar. Llorar hasta vaciar el pantano del que beben tus fuerzas y desde ahí, desde la constatación de que eres humano, cargarte de rabia y de toda la ternura para volverte a los otros: ese universo anulado por los que se creen fuertes y que es inevitablemente irreductible.
24/3/12
Universo
¿Sabes cómo es cuando el universo se hace pequeñito? ¿Lo has visto alguna vez abandonar su grandilocuencia, su infinitud soberbia, su hermosura estelar? ¿ir recogiendo la madeja para concentrase en lo importante? ¿Sientes cuando el universo pliega sus extremidades para dar espacio a sus alas?
Algo así acontece cuando abro las ventanas de las vidas múltiples, inimaginadas, paralelas por imposibles, tan reales como mutantes... Primero hay una expansión dolorosa, el intenso olor sin remedio de las flores desconocidas. Después, siento la necesidad de recogerme, de volver a lo fundamental, de prescindir del ruido para reposar en el excitante instante de tu encuentro.
Cómo uedo extrañar tanto nuestro universo pequeño, ese que de tan concentrado es brutalmente necesario.
Te pienso en-el-mínimo-y-necesario-parpadeo-de-tus-ojos-al-amanecer.