31/12/12

Mascarada


Hay algo de mascarada que me molesta y me molesta estar molesto. Hay algo de falsedad en los buenos deseos en los que nadie trabaja; hay algo de tristeza en tanto grito, en tanta pólvora, en tanto ritual vacío. Los hay llenos. No hay duda. Amig@s que unen sus almas en un día excusa para el parteaguas; comunidades que se reúnen alrededor de guirnaldas tejidas en el tiempo; pueblos que no beben ni comen en exceso sino que sueñan sin límite… Me temo que no es la mayoría.
Hoy, cuando mi cuerpo me falla y cuando mis anhelos no encuentran la alfombra roja, me aferro a lo que soy, a lo que tengo. Tengo la felicidad que no precisa de tiempo, y el amor que no sabe de fechas. Soy –o trato de ser- honesto con mis limitaciones e irreal en mis aspiraciones. Aspiro a sonreír sin tener; a tener sin poseer, y a compartir para tener. Eso me ocurre todos los días, no hoy. No especialmente hoy. Así que, ajeno a las emociones masivas, solo espero caminar entre los restos de las fiestas con las mismas dudas de las jornadas laborales en las que no trabajo.
A los que quieren quemar la vida, sólo un consejo: hay alegrías que no se beben y emociones que acontecen tras el estruendo de las masas. Hay sentidos que aún no conocemos y realidades que no desfilan en la televisión. Por tanto, una invitación a quemarla lentamente, sin la ansiedad del viernes noches y con la calma del nuevo jueves. La buena noticia, como escribía ayer el subco, es que "aquí estamos, existiendo". Y eso, sólo se hace sin máscaras.

5/11/12

Las hojas de esta vida

Colecciono hojas llenas de vida. Las reúno con cuidado, de forma meticulosa. No me cuesta esfuerzo. Esta vida tan vivida da mucho juego, me regala palabras que brotan sin necesidad de partos o esperas. Al entregártelas, se reedita la vida. Vuelve a cobrar sentido lo que ya tiene y en ese (re) sentido hallo la fuerza necesaria para encarar los huracanes.
Espero que las nuevas hojas viejas te hayan confirmado el tiempo que te entrego; las noches que te esperan; las caricias generosas en las que no hay dudas. En el cuarto vuelvo a encerrarme en este universo contigo para abrirme a lo único que siento que me sale bien: quererte.

24/10/12

Estado de excepción



Hoy voy a firmar unos cuantos decretos. Me he otorgado poderes excepcionales para legislar sin razón y para sentir sin limitación.
El primero tendrá que ver con nosotros, por supuesto. Determinará con exactitud nuestra obligación de dedicarnos en cuerpo y alma a nuestros cuerpos y almas, el ineludible deber de ser lo que somos dejando como víctimas, únicamente, al tedio y a las tentaciones de rendición.
El segundo es probable que se centre en el paréntesis obligatorio en el que deberán entrar rutinas y horarios, empleos y estupideces. El tiempo no puede consumir en asuntos tan insignificantes para el ser humano como producir o triunfar. Claro está que esos asuntos fútiles son de extrema utilidad para poderosos y religiosos de la mentira, pero como presidente plenipotenciario los mando al carajo y decreto la libertad incondicional para trabajadoras, putos y desempleados, les concedo el subsidio del afecto y la fraternidad y los condeno a cagarse de la risa cada vez que vean un empresario buscando carnaza para sus factorías de dolor.
Estoy pensando el tercer decreto pero, mientras lo defino, me voy a concentrar en tus ojos, en tu voz, en meterme tan dentro de ti que la oposición, siempre dispuesta a amargarnos la fiesta, no me pueda encontrar.
Divúlguese y cúmplase (o no)

20/10/12

Esta abrumadora ausencia


Tanta gente y tan poca alma. Tanta gente y tanta alma luchando para que algún día esa gente sea gente. Tanta gente y yo sólo pienso en vos.
Lejos de tu piel, huérfano de aliento, vuelvo a ser el caminante que recorrió los páramos para cosechar tu amor en la manigua. Ahora, estos días, plagados de mentiras a medias y de sueños completos, de horas con 60 minutos enajenados, robados a la imprescindible tarea de amarte, estos días de pausa en el sentido engo que concentrarme en seguir respirando con esta garganta partida, desde estos pulmones sucios de realidad. No te negaré que un par de minutos poder sentir el aliento del pueblo organizado, concienciado, consciente, en lucha, han compensado esta estupidez de la distancia. Luego, miro a mi alrededor, veo los cuerpos falsos convencidos de que sólo con máscaras hay posibilidades en el paraíso, palpo la mentira vulgar que condena a mujeres a ser esas mujeres y a taxistas a soñar con ser pequeños mafiosos…. entonces me aferro a ti, me concentro en tu olor, en la delicada textura con la que me arrullas, en el sonido de tu voz cuando está preñada de la fuerza de la vida, re-construyo los pasos que hemos dado juntos y diseño algunos de los que seguro nos quedan por dar.
Lejos de tu piel, huérfano de esperanzas ante la implacable lentitud de los tiempos, me aferro a la única brújula que sabe la ruta para abrazarte en silencio y recuperar esta voz que, a veces, solo a veces, pierdo en el camino, rodeado de gente, de ruido, de gente, de tu abrumadora ausencia.




26/9/12

Contracrónica del 25S desde la rabia, la tristeza y la convicción


Partamos de la base que ayer no se trataba de rodear el congreso, sino de algo mucho más revolucionario: saltar la barricada del miedo. Eso es lo que hace todos los días: meternos miedo. Miedo a perder las cosas que antes nos convencieron de poseer, miedo a la desprotección, miedo a la violencia estructural, miedo a los terroristas, miedo al aire, miedo a nosotros mismos…

24/9/12

La espalda doblada

En realidad lo de la espalda es pura precariedad... ¿cómo aguantar tanta carne, tanto músculo inutilizado, tanto dolor y tensiones con esa pobre estructura que mantiene en un equilibrio precario los pernos de la vida?
Yo la levanto cada mañana y aunque no es a mi a quien le duele trato de absorber el tuyo, de diluirlo en mi fortaleza aparente para aguantar el siguiente envión. Cuando no funciona el remedio, beso uno a uno los poros que dibujan el mapa de tu espalda, esa que sólo lleva a cipangos reales en donde la riqueza se mide en labios rozados, en párpados dignos, en la tranquila escucha que alimenta.
La espalda doblada, el signo de nuestro tiempo de esclavitudes suaves, de estupidez envasada en sentido común, de sentidos vacíos de todo lo común para llenar su opulencia de individuos aislados como islas sin aforo para más de una palmera y un egoísmo a prueba de tsunamis.
La espalda doblada es justo lo que no nos podemos permitir. Los dos, juntos, armados de la complicidad que nos amarra desde la primera mirada, levantaremos la del otro, recoseremos la frágil estructura con el tejido sutil de las almas limpias, con la dignidad de aquellas que nos enseñan y nos inspiran...

23/9/12

España: el Estado contra el pueblo

Es cierto que el Estado-Nación occidental fue ideado para controlar y para ejercer la coerción desde su monopolio. Un monopolio ideado bajo un engaño fundacional que se convirtió en verdad absoluta anti absolutista (decían): que esa autoridad sin competencia se basaba en un contrato social que nadie firmó jamás entre la sociedad y sus "representantes".
Por eso no le podemos pedir mucho al Estado. Aunque esos estados fueron los que llevaron a Europa a dos guerras "mundiales" (aunque fueran básicamente la escenificación de las luchas de ese continente), con la creación de la ONU, esos estados y sus propagandistas nos convencieron de que estaban para protegernos y para fomentar algo tan ridículo como los derechos humanos. Es decir, cuando tienes que poner en un papel lo obvio y comprometerte a cumplirlo es que no tienes ninguna intención de cumplirlo.
Al igual que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las Constituciones ordenan en el papel lo que la justicia social más básica determina. Pero lo hace con trampas: mezcla lo fundamental con lo superfluo y, ante todo, le da todo el poder a los políticos para "desarrollar" los artículos infantiles que llenan la Carta Magna.
Así que... ¿por qué asustarse de la actitud del Estado español con su pueblo? En realidad nunca lo ha respetado. Ni cuando masacró a los obreros de Vitoria en la pre-transición a la autodenominada democracia, ni cuando creo escuadrones de la muerte y le puso siglas (GAL), ni cuando se pone en lugar privilegiado en las listas de exportadores de armas...
En España no se pregunta jamás a los ciudadanos por su opinión ante las decisiones fundamentales que afectan a todas y todos los que residen en este Estado y se presume de tener un marco constitucional democrático que permite el disenso. Hasta que amenaza al establecimiento, claro está.
El 99% de los españoles no conoce su Constitución y, por tanto, es imposible que conozcamos la Ley Penal o los reglamentos que van tejiendo una red de protección para financieros y poderosos.
Por eso es interesante lo que está pasando alrededor de la convocatoria del 25S que llama a la ciudadanía a rodear el Congreso de los Diputados. Repito: rodear, no asaltar, no incendiar, no tomárselo (aunque razones no faltan para cualquiera de esas tres alternativas). El Estado ha reaccionado criminalizando a algunas de las personas organizadoras, anunciando un despliegue policial sin precedentes, hablando de golpe de Estado e intimidando a aquellas personas que participan en asambleas o reuniones abiertas sobre el 25S.
Yo no soy de los que pienso en el 25S como un parteaguas de la realidad en el estado español. No será sino uno de los happenings sociales de precalentamiento antes de la aparición de una propuesta política más madura y transfromadora. Pero sí es cierto que el 25S era un paso más arriesgado que las convocatorias de flores y amor planteadas por el 15M. La calle es un espacio de lucha, pero es la política el espacio de transformación.
Lo que ya ha conseguido esta convocatoria es mostrar la cara más represora de un Estado que está en contra de su pueblo, no sólo por las medidas políticas que adopta sino por la represión de cualquier tipo de disenso. El problema, como es habitual, es que los grandes medios de comunicación han mantenido un vergonzoso silencio informativo sobre el hostigamiento y criminalización del 25S antes incluso de que acontezca. Algún día los ciudadanos, con los ojos abiertos y más politizados, pasarán la cuenta a esos medios. Algún día el Estado, este modelo de Estado, habrá sido superado. Pero para eso habrá que trabajar mucho. Y no solo en las calles.

25/8/12

Va a ser esto...


Me parece entender que lo que nos estamos jugando en Siria es algo así como la tercera guerra mundial de baja intensidad…
Intuyo que el golpe de estado financiero en el Norte va a dejar millones de víctimas tan alienadas que no levantarán la voz para exigir sus derechos…
Aprendo en Estados Unidos que hay violaciones buenas y violaciones malas y que las mujeres que sí saben bloquean sus cuerpos de forma espontánea ante los espermatozoides de un cabrón violador…
Me huele que lo de Grecia es una venganza de los dioses contra Platón por aquello de negar el mundo de las sensaciones y condenarnos a la puta razón. Ahora, son razones de Estado las que le imponen a los griegos para condenarlos a no sentir ni el hambre…
No sé cómo interpretar la derretida temporada en el Ártico, la muerte de los bosques, el que hayamos tenido que pedir una hipoteca ambiental para seguir respirando…
Y yo, mientras, con esta piel conmovida…
Y en mi, todo es nascencia no planificada…
Y a mi alrededor… se conmueve el planeta de placer y alados pétalos de aliento…
Y es que, a mi, se me escapa esta sonrisilla cada vez que pienso en vos y se me duplica el alma cada vez que estoy en vos…
Va a ser eso…

La violencia legal y la trampa de las palabras


(Publicado el día 25 de agosto en la sección de opinión de El Diario Montañés)

Los ciudadanos estamos sometidos a múltiples trampas. Demasiadas. Las más peligrosas parten del uso torticero que se le da a las palabras y a los conceptos. En Occidente somos presos de nuestros propios inventos. Uno de los más perversos es del “contrato social”. La idea, nacida en pleno siglo XVII, se le ocurrió por primera vez a Hobbes, pero ahora tertulianos y políticos siguen hablando del “contrato social” como si cada recién nacido untara su dedo en tinta y rubricara un documento notarial con los términos del acuerdo. Fíjense que el contrato social, que Rousseau maquilló para hacerlo parecer como  “voluntario”, es la fórmula que encontró el bueno –y fan del absolutismo- de Hobbes para obligar a los ciudadanos a renunciar a su “libertad natural”. Con el tiempo mejoró la  teoría para hacerla más digerible hasta que John Rawls dejó claro ya en el siglo XX que para que el contrato funcione es imprescindible “un velo de ignorancia” en las masas que lo aceptan sin rechistar.
Las palabras las carga el diablo y el diablo de la democracia capitalista occidental cargó el “contrato social” para jugar a la ficción del acuerdo, de la coerción consentida, de la delegación de la única violencia legítima en el Estado. ¿Qué ocurre, por ejemplo, cuando el Estado es ilegítimo, cuando lo controlan fuerzas que nada tienen que ver con la representación política, cuando estamos sometidos a la tiranía financiera y a la angurria empresarial…?
Las palabras las cargan los diablos del poder y son luego sembradas impunemente por los jornaleros de la “socialización” desde los medios de comunicación, las escuelas, los púlpitos y los entornos familiares. El “miedo” a la ley (que no respeto), la “resignación” ante las leyes injustas (que no la aceptación), el “conformismo” ante los designios de la vida (que parte de la indolencia inducida)… Las palabras en sí no son peligrosas. Lo dañino es el uso de ellas.
Uno de los ejemplos más evidentes es el de “democracia”. Los portavoces de el poder han elevado este palabro al altar de lo sagrado e intocable pero le han quitado intencionalmente todos los apellidos. Se puede tener una democracia representativa o una democracia directa, una democracia electoral o una democracia participativa, se opta por la democracia capitalista o por la democracia comunitaria, por la democracia monárquica o por la republicana y, por si fuera esto poco, se pueden combinar varias de estas formas para llegar a la deseada.
La palabra “democracia” sin apellidos no quiere decir nada. Pero los medios del poder han convertido a esas 10 letras en la línea roja de la crítica: no se puede cuestionar. Tampoco se puede hacer un análisis crítico de las leyes que nos rigen; leyes que, por cierto, redactan los mismos políticos que luego van a la cárcel por corruptos o pasan a la galería del olvido por su falta de brillantez. Por eso el “contrato social” es líquido… depende de la volunta de una sola de las partes contratantes y los jueces, por tanto, no son seres magnánimos y justos, sino aplicadores racionales de unas leyes que ni ellos han hecho ni tiene por qué ser justas.
En este juego de las trampas semánticas, los que controlan la partida suelen calificar de demagogos a los que utilizan otras palabras, como “justicia”, “equidad”, “solidaridad”, “horizontalidad” o “participación”. Cuando se nos ocurre exigir “derechos”, en seguida sacan la batería de “deberes”; cuando planteamos una mejora de la sacrosanta “Constitución”, se nos recuerda que es la base intocable del “contrato social”; si cuestionamos el “enriquecimiento” de unos pocos, nos hablan de la “creación de valor” y nos llaman “holgazanes”; si pedimos “participar” en las decisiones clave sobre nuestro futuro, nos remiten al “derecho a voto” (el único que jamás nos quitarán mientras puedan manipularlo).
No es que las palabras viciadas puedan triunfar por sí mismas. Para posicionarlas y garantizar su hegemonía se utiliza una violencia sin sangre que provoca más víctimas que una guerra pero que hace menos ruido que una pistola con silenciador. Se indignan pues ante la expropiación de cuatro bolsas de lentejas en un supermercado, pero no ante el robo a mano bancaria de las preferentes; consideran que los “antisistema” (otro palabro de moda) son violentos desde que cruzan el umbral de su casa, pero les parece “democrático” y “proporcional” impedir el acceso de los ciudadanos al parlamento que supuestamente les “representa” y dispersarlos con bombas lacrimógenas, bolas de goma y una considerable dosis de mala leche aplicada por otros trabajadores sin derechos que se llaman policías.
La violencia física es espectacular, mediática, utilizable. No hay más que ver algunas portadas de algún periódico de circulación nacional gratuita dominical para comprobarlo. Pero la violencia estructural, más discreta aparentemente, tiene consecuencias más duraderas, profundas y dañinas. La exclusión, la educación de mala calidad, la denegación de atención sanitaria, el déficit democrático participativo, la soberbia de los gobernantes, la violencia económica, la estigmatización de jóvenes o de inmigrantes, las mentiras repetidas por aquellos que supuestamente nos representan…. eso vende poco pero acontece todos los días.
El gran éxito de este sistema tramposo sobre el que descansa el poder de unos cuentos en toda Europa o en Estados Unidos es que una gran masa de ciudadanos se han convertido en “defensores voluntarios” del delirio y de la violencia estructural. Al igual que en tiempos de dictadura o de gobiernos absolutistas, sólo sufren las peores consecuencias los que ven al emperador desnudo. A ellos les debemos agradecimiento, aunque ahora no nos demos cuenta. Son el único contrapeso a la violencia sin sangre que se ensaña con ellos y les deja en sus cuerpos cicatrices reales. El resto, se quedan viendo los estériles debates en las televisiones talibanes, protegen sus tristes ahorros con uñas y dientes, tienen pánico al caos que las masas incultas y pobre pueden provocar y, por eso,  le apuestan a que los políticos -a los que tanto critican- y la policía –en la que delegan gustosos el uso de la violencia oficial- hagan el trabajo sucio. 

24/8/12

Las medidas que nunca se adoptarán



Vamos a contar imposibles. Al menos, imposibles con este sistema político económico sostenido por dos partidos políticos tan crimi-institucionales como los dos principales sindicatos del país. Hoy es viernes y... ya saben, en España, los viernes se adoptan "paquetes" de medidas para salvarnos de la ruina y hundirnos en la indignidad. 
En este país de binomios, yo me pongo chulito y me quedo con el número cinco: cinco paquetes de medidas lógicas si se cree en el Estado del Bienestar (no digo que yo crea en este modelo socialdemócrata descafeinado) y que deberían servir para mejorar la gestión, las cuentas y la decencia pública. Hay muchas más propuestas, éstas son solo un ejemplo; si quieren conocer el resto, hagamos una Constituyente Plural y así las discutimos ¿les parece?
Aclaración previa: en un Estado del Bienestar todas y todos los ciudadanos pagan sus impuestos y el Estado les garantiza el ejercicio de una serie de derechos (que NO servicios). Si renuncian a ejercerlo desde lo público y optan por lo privado es SU problema… los impuestos los deberán seguir pagando.

1 / SALUD.  Es fácil. Los médicos que ejerzan en el sistema público y que devenguen un salario JUSTO del Estado no podrán participar del sistema privado. Al igual, los ciudadanos que opten por un seguro privado de salud en cualquiera de sus modalidades saldrán inmediatamente del sistema público de salud. Si dejan de tener cobertura privada volverán de inmediato a lo público. Esto significa que quien tenga un seguro privado NO podrá obtener recetas por el sistema público, ni hacerse pruebas, ni operaciones complejas y costosas, excepto cuando la sanidad privada del país no disponga de la tecnología adecuada;: en ese caso prima el derecho del ciudadano sobre su renuncia a lo público.

2 / EDUCACIÓN. Más fácil aún. La educación pública, gratuita y obligatoria la ofrece el Estado. Se cancelan todos los convenios con los denominados “colegios concertados” en un plazo de dos años, el tiempo suficiente para construir los centros educativos necesarios (Claro, que se puede implementar de una si se transforman aeropuertos, centros de interpretación y demás megainfraestructuras inútiles como centros educativos). Quien quiera un colegio o instituto privado que lo pague, sin ninguna subvención del Estado ni a los padres (nada de cheque educativo) ni a los centros privados (negocio es negocio). En los centros públicos se cumple la Constitución, así que nada de religión en un país aconfesional y se recupera Educación para la Ciudadanía con los contenidos volcados a la convivencia y a la solidaridad. Los profesores que trabajen en el sistema publico y perciban un salario JUSTO no podrán ejerce en la educación privada (ni en una pinche academia).

3/ VIVIENDA. Aprendan de Marinaleda (sonrisa sarcástica). En lugar de vender el suelo o los bienes muebles públicos se ponen a disposición de cooperativas previamente constituidas (ver punto 4) que autoconstruirán las viviendas según modelos sostenibles con ayuda de expertos de ese ministerio que debería ser de obras públicas (y no de concesión de autopistas privadas). Las viviendas quedan en régimen de alquiler de bajo costo (máximo 150 euros al mes) por un periodo máximo de 60 años (según tabla de edad y esperanza de vida) con lo que se pagan los gastos comunitarios y de mantenimiento. La vivienda no es transferible de forma privada, pero la familia o persona que tiene una puede solicitar al sistema público de vivienda la permuta en otra zona o ciudad. El stock de viviendas cerradas o sin terminar se pone en movimiento. Toda vivienda que lleve cerrada más de un año debe ser alquilada o puesta en el mercado (con un sistema regulado de precios máximos). Si después de un tiempo prudente los propietarios se niegan a ponerla en circulación, se nacionaliza (pagando un precio de tasación JUSTO) y pasa al sistema público de vivienda.

4/ ECONOMÍA SOLIDARIA. Nada de emprendedurismo, eso es una farsa que convierte a cada persona en su propio explotador. El Estado pondrá en marcha un plan radical y masivo de cooperativas a conformar con personas que están en el paro, con asesoría de expertos funcionarios en cooperativismo y economía solidaria (si no hay en el país se pueden importar). Las cooperativas se establecerán en sectores estratégicos del país buscando el abaratamiento de algunos productos (sector alimentación, textiles etc…) o el establecimiento de nuevos sectores productivos (energías renovables, investigación aplicada, nuevas tecnologías, servicios a la dependencia, etc…).

5/ GESTIÓN DEL PRESUPUESTO PÚBLICO. Si dicen que la administración de los dineros del Estado es como manejar la pírrica economía familiar… ¡todas y todos podemos hacerlo! Aplicación inmediata del sistema más avanzado de “presupuestos participativos” para que desde la unidad más pequeña del campo (aldea) o de la ciudad (barrio), hasta municipios, provincias, comunidades autónomas y presupuesto general del Estado se decida de forma colectiva después de un proceso de consulta libre, informado y vinculante. De igual manera se debe establecer la “fiscalización ciudadana” de la ejecución de las obras o de cualquier acción que suponga el uso de fondos públicos.

11/5/12

Tarde con un poeta (diálogo sin contraparte con Luis García Montero)



Una ciudad pequeña, burguesa, adormecida por el vertiginoso y cadente paso del tiempo. Una ciudad de un banquero a donde llega un poeta seguro de que “no hace falta la promesa del triunfo para defender las convicciones”. Luis García Montero, dice una asistente a la charla, parece “un predicador”. Yo creo que parece un poeta.

11/4/12

Nada más

No tengo más para regalarte a cambio de la fuerza de tu mirada, del brutal impulso de tu sonrisa, de la caricia infinita de las yemas de tus dedos. No tengo nada más porque parezco un aprendiz en este universo hostil; un adolescente en un mundo de adultos grises; un extranjero entre los nacionales de este país de hombres de éxito; un salvaje para esta civilización de plata y futuros.
No tengo nada más que regalarte que las palabras que moldeo con torpeza, nada más que los besos con los que te aguardo o los adjetivos con los que te desvisto. Espero que sea suficiente para retribuirte el don del amor, el regalo de tu alma, la dádiva permanente en la que navegamos sin tormenta.
Es verdad, amor. No tengo nada más, pero tampoco sé si lo quiero. Parecías feliz esta mañana, al despertar adormecido del día. También lo parecías a medio día, en el tiempo comprimido de la libertad condicional. Espero que esta noche, al reposar en la libertad sin condiciones de mis palabras, de mis apenas abrazos, justo antes de abandonar tus párpados al ensueño de la penumbra, lo sigas siendo. Yo, a cambio, te daré todo lo que tengo. Nada más.

2/4/12

(I) realidad

Todo es irreal cuando al llegar la noche no puedo relatarte este lento acontecer apoyado en tu pecho. Todo parece ficción contaminada cuando no eres tú la que respiras a mi lado. Todo es mentira... excepto que existes; que me haces existir.

Las sirenas suenan desacompasadas,

hay siempre helicópteros cubriendo a la ciudad con piruetas aéreas

obscenas,

las frutas parecen de cera y se niegan a pretarme su olor

no encuentro en mi pasos el ritmo de la vida que suele acompañarme

Voy a cerrar los ojos, lentito, como si no hubiera tiempo que contemplar, para acercarme a ti, para ser, como mínimo el sueño que te acompañe en este amanecer lejano.

30/3/12

Nuestro (s) tiempo (s)

Son tiempos estúpidos los nuestros, amor. Son los nuestros. Aprender a convivir en ellos es tan difícil como sobrevivirlos con un resto de dignidad. La historia y los errores no nos han servido. Despreciamos el saber de nuestros antecesores, olvidamos la palabra de nuestros propios ancestros… el brutal golpe de aquella noche de julio, la estúpida manía de acabar con el vecino en esa aldea del sur, la consistente tarea pestilente de os que cargan sombreros.

En estos tiempos –rápidos, violentos, mentirosos- es imposible mejorar en soledad. No hay lecciones, ni libros, ni clases magistrales dónde se pueda aprehender el mal olor que baja de las azoteas. Juntos, tu y yo, juntos así, sin levantar tanto la voz, sin avisar de nuestras intenciones, deberíamos ser capaces de habitar la tierra descalzos, preguntándonos, preguntándoles el porqué de la locura, el reverso de la sinrazón. Es posible que no logremos las respuestas, pero es seguro que nuestro tiempo será nuestro, y que, a punta de la necesaria duda, podremos atrincherarnos al menos en la única certeza que hoy me enraíza y me hace aire, que hoy te eleva y te hace luz. Nosotros. En este, nuestro tiempo.

Elogio a la debilidad

Nos enseñan a no llorar, a ser fuertes, a enfrentar la vida como quien sale al Coliseo convencido de que no habrá león que lo eructe en la mañana. Los que no logran esta mentira, creen en Dios o se hacen budistas: pomadas para resistir, analgésicos cargados de nada, entretenimiento para la navaja del suicida.

Por eso, sin dudarlo, te empujo a ser débil, a reconocer la muerte que llega como vómito en la madrugada, la sangre cálida y compacta de la alborada, la puta injusticia que nos arranca a los nadie… y llorar. Llorar hasta vaciar el pantano del que beben tus fuerzas y desde ahí, desde la constatación de que eres humano, cargarte de rabia y de toda la ternura para volverte a los otros: ese universo anulado por los que se creen fuertes y que es inevitablemente irreductible.

24/3/12

Universo

¿Sabes cómo es cuando el universo se hace pequeñito? ¿Lo has visto alguna vez abandonar su grandilocuencia, su infinitud soberbia, su hermosura estelar? ¿ir recogiendo la madeja para concentrase en lo importante? ¿Sientes cuando el universo pliega sus extremidades para dar espacio a sus alas?

Algo así acontece cuando abro las ventanas de las vidas múltiples, inimaginadas, paralelas por imposibles, tan reales como mutantes... Primero hay una expansión dolorosa, el intenso olor sin remedio de las flores desconocidas. Después, siento la necesidad de recogerme, de volver a lo fundamental, de prescindir del ruido para reposar en el excitante instante de tu encuentro.

Cómo uedo extrañar tanto nuestro universo pequeño, ese que de tan concentrado es brutalmente necesario.

Te pienso en-el-mínimo-y-necesario-parpadeo-de-tus-ojos-al-amanecer.