24/10/12

Estado de excepción



Hoy voy a firmar unos cuantos decretos. Me he otorgado poderes excepcionales para legislar sin razón y para sentir sin limitación.
El primero tendrá que ver con nosotros, por supuesto. Determinará con exactitud nuestra obligación de dedicarnos en cuerpo y alma a nuestros cuerpos y almas, el ineludible deber de ser lo que somos dejando como víctimas, únicamente, al tedio y a las tentaciones de rendición.
El segundo es probable que se centre en el paréntesis obligatorio en el que deberán entrar rutinas y horarios, empleos y estupideces. El tiempo no puede consumir en asuntos tan insignificantes para el ser humano como producir o triunfar. Claro está que esos asuntos fútiles son de extrema utilidad para poderosos y religiosos de la mentira, pero como presidente plenipotenciario los mando al carajo y decreto la libertad incondicional para trabajadoras, putos y desempleados, les concedo el subsidio del afecto y la fraternidad y los condeno a cagarse de la risa cada vez que vean un empresario buscando carnaza para sus factorías de dolor.
Estoy pensando el tercer decreto pero, mientras lo defino, me voy a concentrar en tus ojos, en tu voz, en meterme tan dentro de ti que la oposición, siempre dispuesta a amargarnos la fiesta, no me pueda encontrar.
Divúlguese y cúmplase (o no)

20/10/12

Esta abrumadora ausencia


Tanta gente y tan poca alma. Tanta gente y tanta alma luchando para que algún día esa gente sea gente. Tanta gente y yo sólo pienso en vos.
Lejos de tu piel, huérfano de aliento, vuelvo a ser el caminante que recorrió los páramos para cosechar tu amor en la manigua. Ahora, estos días, plagados de mentiras a medias y de sueños completos, de horas con 60 minutos enajenados, robados a la imprescindible tarea de amarte, estos días de pausa en el sentido engo que concentrarme en seguir respirando con esta garganta partida, desde estos pulmones sucios de realidad. No te negaré que un par de minutos poder sentir el aliento del pueblo organizado, concienciado, consciente, en lucha, han compensado esta estupidez de la distancia. Luego, miro a mi alrededor, veo los cuerpos falsos convencidos de que sólo con máscaras hay posibilidades en el paraíso, palpo la mentira vulgar que condena a mujeres a ser esas mujeres y a taxistas a soñar con ser pequeños mafiosos…. entonces me aferro a ti, me concentro en tu olor, en la delicada textura con la que me arrullas, en el sonido de tu voz cuando está preñada de la fuerza de la vida, re-construyo los pasos que hemos dado juntos y diseño algunos de los que seguro nos quedan por dar.
Lejos de tu piel, huérfano de esperanzas ante la implacable lentitud de los tiempos, me aferro a la única brújula que sabe la ruta para abrazarte en silencio y recuperar esta voz que, a veces, solo a veces, pierdo en el camino, rodeado de gente, de ruido, de gente, de tu abrumadora ausencia.