21/8/10

La mentira

Repítela, repítela, repítela hasta el hartazgo, provoca vómitos en la audiencia, haz que se sientan enfermos, cansados, deseosos de apagarte y de desconectarse ellos. La mentira debe ser repetida una y cien veces. Tienes al poder de tu lado. Eso es ventajoso, no lo olvides. Los medios de comunicación harán de tu mentira una casi verdad, los voceros del gobierno te multiplicarán, los pastores, desde sus cómodos altares de la mentira serán los apóstoles de tu “verdad”. Cuando todo el mundo te haya creído, inventa una nueva, no ceses en el ataque, no burles tu propia estrategia. Los pueblos, esa es otra ventaja a tu favor, son tan olvidadizos como receptivos.

15/8/10

Un regalo de Santiago Alba Rico

Los infartos y amores a primera vista ya tienen sitio especial
Sangiago Alba Rico

Con el ejemplo de los “puntos para fumadores”, tan provechosos para el ambiente, la Comunidad de Madrid ha establecido una nueva normativa destinada a regular el uso de los espacios públicos. Esperanza Aguirre ha explicado el alcance de la nueva ley.

“Antes uno se enamoraba en cualquier sitio”, ha dicho a los periodistas, “lo que podía alterar los instrumentos de vuelo de un avión, la composición de los alimentos de un restaurante o la buena marcha de un negocio. A partir de ahora, los amores a primera vista y los flechazos se concentrarán en lugares especiales o “puntos irracionales; sólo allí estarán permitidos los milagros y el azar”. Gracias a esta medida los futuros esposos nunca olvidarán el lugar donde se enamoraron por casualidad.

Asimismo la nueva normativa establece en las carreteras “zonas de accidentes” a las que los automovilistas tendrán que ir a chocar y matarse, y también “áreas de infarto” en cines y centros comerciales para que a los madrileños les falle el corazón como es debido. De este modo no sólo se ahorrarán molestias visuales –y morales– a los sanos, sino que se podrá prestar una atención más rápida a los accidentados. La nueva ley reserva también lugares especiales para los que quieran tropezar, contraer la gripe o recibir el impacto de un rayo.

Aquellos que acometan estos actos fuera de los espacios reservados o se confundan de área (y tomen, por ejemplo, un enamoramiento por un infarto, un accidente o un tropiezo) serán multados y, en caso de reincidencia, encarcelados.
“Las zonas especiales”, ha concluido Aguirre, “serán gestionadas por empresas privadas que cobrarán a los usuarios. Así, el resto de la ciudad podrá ser usado libremente para la especulación y los negocios”.

14/8/10

Paranoia I

Ojeras de noche iluminada. Nubes en el sol de este cénit llamado día. Teléfonos mudos ante la huelga de los obreros en los call centers. Hay, ahora, algunos murmullos que solo saben discriminar los expertos en el amor y en las minucias. Somos un esperpento acaso pero ricos en huesos y sonrisas, capaces de escribir en una libreta de 59 centavos la historia de nuestros pueblos, los reclamos que nacen de las entrañas que no conocemos. En la sala de techo bajo y fondo infinito los campesinos escuchan y graban en sofisticados aparatos denominados "memorias". Sus memorias se aferran a las bolsas de los ojos que filtran la luz que las nubes nos dejan en llamadas intermitentes llegadas desde el más acá. Y entonces... nos damos cuenta de que si estamos acá es para escuchar y gritar con el aiento que somos más los débiles y que nuestra fuerza está en la flaqueza de nuestros cuerpos y en el grosor de nuestras verdades.

6/8/10

La pobreza encajonada

La historia de Rubén no le importará jamás a nadie. Excepto a su mamá o a Adolfo quizá. Adolfo arrastra los pies or Changuinola y carga en su mochilita negra una bolsa azul donde está lo que queda de Rubén: un parte de defunción, un permiso para retirar su cuerpo de la morgue, algún papelito con teléfonos de gente que quizá le puedan ayudar. No ha comido hoy Adolfo... y ya son las 3 de la tarde. La jornada empezó temprano y, al menos, hoy ha conseguido los 25 dólares que le pide el carpintero por hacer el cajón donde descansará Rubén.
Un día, hace poco, las lágrimas de la hermana de Adolfo se quedaron dentro de su cuerpo para siempre, cuando los gases para provocarlas mataron a su hijo. Nadie compensará esta muerte, nadie sabrá que detrás de cada muerto de la pobreza queda un drama infinitamente mayor. Pero sin lágrimas, que la vida es dura, que hay que buscar la comida del día, que hay que cuidar el techo maltrecho de la casa, que hay que seguir caminando hacia nungún lado.
No hay Gobierno que lo entienda ni alma que lo aguante. Como me dice Pedro: "los españoles nos mataron porque no entendían que nos bañáramos tantas veces al día; ahora está pasando lo mismo". Los burócratas confunden asistencialismo con respeto y tratan de enmdendar la pobreza desde un proyecto biene escrito. Adolfo, ientras, sigue, de oficina en oficina, tratando de entender porqué los médicos y los fisacles no llaman a las cosas por su nombre y dejan a su sobrino vivir su muerte en paz. Ni siquiera allá, en el cajón de 25 dólares, hay descanso para esta pobreza tan hijoeputa.