27/5/11

La 'basura' democrática



Era represión lo que se produjo en Túnez cuando unos miles de personas reclamaron democracia. Era brutal represión la que ejercía la policía y el ejército en la plaza Tahir. Es represión de un sátrapa salvaje lo que ocurre en Libia... No lo era hace un año, cuando los líderes de la autodenominada Comunidad Internacional aún gustaban de hacer negocios con los que hoy son escoria mundial.
El G-8 se reúne en Francia y vuelve a criticar con dureza la represión de los movimientos populares en los países árabes. No han criticado la represión en Barcelona.
Las imágenes son brutales, los antidisturbios golpean, arrastran, arañan, patean a ciudadanos sentados con las manos en alto. Los gritos y la incomprensión ante la brutalidad de la acción policial no sirven para nada. Para nada. Ni para que el niñato que dirige a los Mossos d'Esquadra, que seguirá en su cargo seguro de haber limpiado, tal y como dijo, la basura de Plaça Catalunya; ni para los periodistas de este país, que se escudan en la supuesta 'objetividad' para no calificar los hechos como "uso excesivo de la fuerza", ni para los autores materiales (putos gorilas entrenados para exudar violencia); ni para la mayoría del país, concentrado en el partido de fútbol del sábado que ha servido de excusa para el fallido desalojo de los acampados de Barcelona.
En España se violan los Derechos Humanos, como lo denuncia cada año Amnistía Internacional, pero la opinión pública española no lo considera así porque se oculta, se calla, se disimula. En realidad no hay una crisis económica, sino una crisis de ceguera. Ni un Ensayo de Saramago, ni la valentía de los que los medios llaman los 'indignados' (una manera de segregarlos de los ciudadanos "normales") servirá, probablemente, para visibilizar esta vergüenza, este déficit democrático que atenta contra cualquier construcción de futuro.
La 'basura' democrática no está en la Plaça Catalunya, ni en la Puerta del Sol, ni en la Glorieta de Murcia, ni en Valencia, ni en Sevilla, ni en Santiago... la basura está en las sedes de gobierno, en las comisarías y en algunas redacciones. Lo que el movimiento 15M reivindica, precisamente, es la necesidad de limpiar las instituciones de estos vicios burgueses y represores, de este adormecimiento general que hace llorar, de la indolencia de muchos ciudadanos que se escandalizan ante los regímenes del que ellos denominan tercer mundo (violentos, arbitrarios, violadores de derechos humanos) y dejan pasar como una anécdota las imágenes de unos gorilas pagados con nuestros impuestos maltratando de forma brutal a ciudadanos y ciudadanas cuyo único delito es atreverse a hablar y a tomarse sus calles.


12/5/11

Para seguir siendo


Para seguir siendo lo que soy tengo que apelar a tu nombre (y a tu olor, y a tu verbo, y a tu piel, y a tus abrazos, y a tu conciencia).
Para seguir vivo, peleando, caminando por calles soleadas donde los humanos se mueven sin destino, tengo que saber que estás ahí, que tu aliento será oxígeno en esta empinada cuesta en la que casi nada huele a primavera aunque las alergias contradigan lo evidente.
Para dormir y para despertar te imagino metiendo tu rostro en mi pecho, mordiendo mi esencia hasta hacerla tuya, acariciando la playa en la que nuestras huellas se fundieron de forma efímera para ser inmortales.
Para entender a los otros, los gritos, las tristezas, las soledades, esos momento sosprendentes de alegría y gozo, las esperanzas, la energía insaciable de la madre Tierra desconodida... para todo ello sólo conozco una brújula que lleva tu nombre.
Para extrañarte, como-hoy-te-extraño-hasta-la-emoción, para amarte, como-hoy-te-amo-sin-rubor-ni-límites, sólo tengo que dejar que tu bondad permanezca juntito a mi.

4/5/11

Malos

Hace tiempo que no creo en buenos y malos. Especialmente, porque eso del bueno y el malo es relativo y porque el discurso de os supuestos buenos cada día está más lejos de sus prácticas.

Mi subconsciente, cuando trata de discriminar a unos de otros, tiene graves problemas por culpa de la influencia cultural. Por ejemplo: si pienso en las películas gringas de indios y vaqueros, los malos eran una gente bastante pacífica que solía ir semidesnuda y que trataba de proteger su territorio contra unos beatos en carreta a los que siempre ayudaban unos señores vestidos de azul impoluto y que, a toque de corneta, mataban a todo siux que se encontraran en el camino. Nunca vi en esas películas una detención ni un juicio a uno de esos indios malísimos y que intimidaban con pintura roja barata. Los buenos siempre mataban en las películas de los gringos, ejecutaban a sangre fría o mataban en caliente defendiéndose de una trampa o una emboscada (los malos siempre atacan a traición).
Otra versión de la historia la recibí en la escuela y en la universidad. Y me la creí durante mucho tiempo. Consistía, entre otras cosas, en considerar que el Estado de Derecho y la Declaración de los Derechos Humanos eran una trinchera amable para considerarse bueno. Pero resulta que el Estado de Derecho se ha ido tan hacia la Derecha que justifica lo injustificable y le ha tomado gusto a eso de vencer por goleada (o, mejor, por asesinada).
Era evidente que la operación contra Bin Laden NO FUE LIMPIA. Nadie se escandalizaba de que tropas de un país entraran en otro país sin permiso y ejecutaran a un tipo malísimo que estaba desarmado y rodeado de fieras tropas de defensa (parece que el comando gringo consiguió neutralizar a 12 de esos defensores y que 9 eran niños de entre 2 y 12 años y 3 eran mujeres).
La hija de Bin Laden que sobrevivió al ataque dice que a su papá lo ejecutaron, pero no al creeremos porque tiene el gen de satán en el cuerpo. El director de la CIA asegura que se llegó a la mansión de marras gracias a las torturas por las que hemos apaleado en público al procer George W. Bush (al que habrá que homenajear en el Ground Cero).
O se me han metido parásitos en el estómago o estas ganas de vomitar tan hijoeputas me las provocan esta mano de malos-buenos, de macarras con chaqueta y corbata, de hipócritas Obamas o de arrastrados Zapateros, esta mano de canallas que me hacen sentir que estoy del lado de los malos y que consiento en silencio su estratégia de atizar el fuego para que cada día tengamos más violencia, más odio, más sangre sobre nuestras conciencias. (cá-bró-nés)

Hoy

Si me hubiera ido por propia voluntad de Panamá, hoy estaría en Panamá. Habría agarrado un vuelo el lunes, al saber de la estúpida muerte de un amigo, no para tratar de llegar a lo ya imposible, sino para estar cerca de los que quedamos vivos.
Por eso, quizá, hoy odio más a los que nos expulsaron, a los que decidieron interrumpir nuestras vidas y separarnos de las vidas de aquellos que eran parte de nuestra vida. Hoy, querría estar abrazado a Celia y llorar con ella todo lo que tenemos que llorar por la muerte de Raúl y por lo estúpido de este sinvivir; querría poder mirar a Mariela y decirle que no entiendo su dolor, que ninguno podemos entenderlo pero que estamos cerca, muy cerca. Hoy, debería estar en la Catedral y quizá guardar silencio, o mentar a la muerte y a sus arbitrariedades. Hoy nada debería ser así y yo (junto a P.) deberíamos estar allá tristes y enfadados; animados a seguir con el trabajo de Raúl y de tantos otros que se están quedando en el camino.