28/1/11

Los hijos de la exclusión



Los hijos de la exclusión miran a través de la reja buscando oxígeno o una mínima señal de compasión (el respeto parece demasiada quimera para este vomitorio). Cerquita de todos, de las ecuelas públicas a donde asisten sus reemplazos, de los aeropuertos de lujo donde turistas desprevenidos comentan de la modernidad del paisito, de la carretera por donde pasará el presidente después de haberse sentido importante en una cumbre de ricos a donde se cree pertenecer por propio derecho..
Los hijos de la exclusión no tiene casi ropa, son carcomidos por la sarna y el olvido y por nuestra fácil costumbre de voltear la mirada.
Los hijosde la exclusión son nuestros hijos , aunque nos molesten, aunque nos roben o nos maten. O, mejor dicho, por eso nos molestan, nos roban o nos matan, por ignorarlos cuando están fuera de estos muros y por enterrarlos en vida cuando ingresan.
No hay disculpa, no hay compasión, no hay derechos, no hay nada en estos ojos perdidos del homcida de 14 años que ya sabe que cuando mató a su víctima murió con ella. Mano dura contra los malos que los buenos seguiremos tranquilos en la anestesía de esta mentira global.
Cuando el poder decida que nosotros también somos malos, no tendremos lágrimas prestadas porque no gastamos ni una por ellos, por los hijos de la exclusión.

21/1/11

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Unos dias desaparecido de este espacio. Las palabras atraganatadas en medio de los sueños y a caballo de lo que viene. Ayer, por fin, pude presentar el libro El Malcontento, estas palabras en Panamá y fue una hora y media hermosa en la que unas 80 personas me demostraron que tiene sentido lo que hago, o al menos tiene sentido para ellas y ellos. El apoyo de Pilar, Gi o Carlos, las palabras emocionadas de Raisa o Celia, las gentes que no conocía y que me conocen entre líneas... Lo disfruté, lo sentí, lo gocé y lo agradezco. Las páginas ya hansido compattidas.