2/11/13

Afectos

Estar con vosotros, estar en vosotros, oír el rumor de vuestros pasos en mi vida, de nuevo, otra vez, por fin. No es el cigarro mojado en un dedo de ron de la terraza donde lloré mis dudas; no se trata de las conversas sin guión en las noches bailables; desde luego no es la lluvia densa que nos protegía del marasmo en la franja del planeta en la que nadie nos sabía unidos… pero volver e estar con vosotros, en vosotros, (re) vuelve las razones de los cimientos, (re) confirma la fuerza de los afectos, tiende los lazos invisibles que evitan océanos y prohibiciones. Qué bueno que vinieron… qué bien que siguen aquí dentro.


Sutileza

Así. Así… desde el susurro de tu cuerpo asomo mi perplejidad a la vida. Así… despacio, sin prisa, sin metas, sin aliento. Así vivimos. Es verdad que a ratos sentimos el rigor de los barrotes y de lo inevitable, pero la mayoría del tiempo rozamos con la punta de nuestros dedos el paraíso –en el otro-, agitamos su respiración para hacerla nuestra, rozamos el borde del anhelo para convertirlo en deseo.

Así… así de quedo dejo el asunto… cuando los teléfonos y la torpe realidad asoma nos refugiamos bajo las sábanas limpias que tejemos cada víspera, buscamos la mano del otro, entrelazamos nuestras intenciones y nos atrincheramos en la sutileza de este amor sin aristas.