Es sencillo, los bombillos ocupan el puesto del dedo acusador y evitan que seamos nosotros los que digamos: "ustedes, ustedes con los culpables". Nadie se lo plantea en aquellos lados. No se trata de consumo, dicen, sino de servicios públicos. No se trata de que acá la gente viva peor, sino de que allá la gente viva mejor.... ¿Quién sostendría ese mundo, ese planeta reventado de consumo y necesidades energéticas?
La imagen de satélite muestra el planeta de noche, cuando los sueños se agitan y las realidades cierran por un rato los párpados para dejar tiempo a los anhelos... bueno o a los problemas cuando se duerme en medio de balaceras, de olores fétidos o de no saber con qué desayunar a la mañana siguiente. En esa mañana en la que muchos niños se dormirán en las aulas precarias de clase porque el estómago tiene la costumbre de empujar la vagancia cuando está vacío (solo 15 millones de niños y niñas -y 38 millones de adultos- de desnutridos y hambrientos en Latinoamérica según la FAO).
¿Quién tiene la culpa de todo esto? Ya se sabe.. los gobiernos, el sistema, la sociedad, las multinacionales... nosotros no, para nada, nosotros somos meros supervivientes que con el sudor de nuestro trabajo logramos tener ese aire acondicionado, esos tres televisores, esos dos carros, ese estar todo el día de Rebajas, en pleno Saldo moral y de ropa interior...
¿Quién tiene la culpa? ¡Nadie carajo!
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