22/1/09

La esperanza llega en domingo

Este domingo se celebra el referendo sobre la nueva Constitución boliviana. La mayoría la respalda, como respalda a Evo, aunque los blanquitos y mestizos de Santa Cruz, Pando y otras provincias jueguen un puslo duro contra el proyecto.
Evo y su gente ha cometido el 'error' de redactar una Constitución democrática. ¿Cómo se le ocurre al indigenita reconocer el derechos a la educasión secundaria o a la salud pública universal?, ¿cómo osa a proponer que los altos magistrados del país sean elegidos en elecciones directas y quitarles así su privilegio de clase 'profesional'?, ¿a qué loco se le ocurriría decir que los 36 pueblos indígenas con el 80% de la población de Bolivia deberían tener sus propios corregimientos, autoridades y presupuestos?
Así son los locos como Evo. Es probable que cuando lo tumben (es decir, cuando al soft Lula no le haga falta para que el suministro de gas a Brasil esté a salvo) todo cambie. Pero algo será inalterable. La mayoría de la población de Bolivia, despojada de todo derecho desde la invasión, habrá abierto los ojos y sabrá que los derechos no se conceden, sino que forman parte del patrimonio humano al nacer. Por eso hay que pelear por su defensa.
Lo que ha hecho Evo es bastante más tarscendetal, profundo y avanzado de lo que podrá hacer San Obama en el país del nunca-jamás... (...dejaremos de ser imperio: habló de "estar dispuestos a liderar el mundo humildemente", !qué contrasentido!). Pero es indígena, es suramericano y tiene pocos amigos.
Ojalá pudiéramos votar, ojalá voten todos los que pueden hacerlo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La esperanza llegará de la mano
de la redención del pueblo boliviano, mayoritariamente indígena, aunque eso le pese al
grupo de blanquitos y mestizos.
Ojalá mi voz puediera ser lo suficientemente clara y potente,
para dejarle saber mi apoyo, mi
admiración junto con mi abrazo
y mi voto. La justicia y la razón
tendrán que imponerse.
Baby

Paco Gómez Nadal dijo...

Tu voz se escucha.

Anónimo dijo...

Las voces se escuchan, por suerte. Al final, la voz es lo único que nos queda.

Y al mundo, al mundo le hacen falta más locos. En todos los sentidos. Locos que pretendan algo más que sentrase frente al televisor.

Un beso desde estas tierras lejanas.