13/11/08

Vuelve el insomnio... y sus texticos

¿Hasta dónde?

La ceguera tiene solución, aunque los científicos sean ciegos a esta afirmación contundente, excluyente, nada esperanzadora. Cierran los ojos porque la perspectiva sería abrumadora y dolorosa. Ver es doler. Ojos indispuestos ante las lacerantes verdades que arroja la calle, la vida.
Al caminar, los pies pasan por delante de una rejilla de madera. 40 cm x 40 cm que muestran otros pies. Los del desheredado por mi y por ti que duerme en este hueco que algún día tuvo otra función práctica.
La ceguera, cuando tiene solución, es dolor. Y es acción. Quedarse inmóvil, sin pestañear, cuando el velo de la ceguera ya no turba es admitir que no somos humanos, que se puede seguir viviendo como si no se estuviera viendo. La pregunta, en este punto de retornos, es ¿hasta dónde?, ¿hasta dónde mover los resortes de la decisión y de la acción? La coherencia, una vez que se practica es tan necesaria como la vista pero, al igual que esta, no hay sino que cerrar los párpados para olvidarse de su necesaria presencia.


Alturas

Añadir 170 centímetros más a estos 3.600 metros de dignidad parecería poco prudente. Me pregunto, pequeñito y casi sin aliento, como puedes respirar y sonreír al tiempo en este universo cargado de botas y quebrantos. Sin tener que hablar, me miras a los ojos, vuelves a reglarme una sonrisa, te ajustas el abrigo y pedaleas directa hacia el triunfo.
Una vez más, las razones para dar la pelea se alojan en almas irredentas, incapaces de cejar en el empeño de que vivir sea algo más que estar vivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Paco: es así, queremos ser ciegos,
porque es menos doloroso no serlo
y nos hacemos de una coraza de
egoísmos para sobrevivir...
y, aunque sea una falacia eso
de ojos que no ven...nos aferramos
a ella. Qué triste! Pero, es que
acaso seamos totalmente irredentos?
Los redimibles se hacen, cada vez,
más escasos...