21/4/10

Los esclavos

Los verdaderos esclavos viajan en avión a resguardo de las cenizas (de sus vidas). Un blackberry marca sus pasos de corazón estancado por la necesidad de creerse gerentes de lo que otros poseen. Ellos, corbata triste y camisa ya arrugada al final de la tarde. Ellas, traje de sastre anodidno y la lívido en su portátil. Todos se conocen y repiten los ademanes. Gestos previsibles, vida previsible, hoy en Santo Domingo, mañana en Medellín, quizá en San José. ¿En qué hotel te quedas? ¿Muy insegura la ciudad no? ¿has cudrado el meetting del viernes?
Se creen en el poder y son meros esbirros de éste. Clase media mediocre que tontea en este juego de supuestos segura de ser. A veces, solo a veces, dan asco. En general, da pesar ver cómo estos exclavos modernos aplastan, sin saberlo, sus vidas y sus almas. El resto son víctimas periféricas, marginados del juego, escoria libre de exclavitud porque ni para eso son tenidos en cuenta. Una condición favorable en este mundo de agendas y desencuentros.

1 comentario:

amalia dijo...

de un tema parecido hablaba anoche con un amigo en una fritanga. De la farsa nuestra de cada día, de tanta gente que uno conoce que comenzó con buenas intenciones escribiendo en un diario, y emigró, con buenas intenciones a una ong, donde se convirtieron en un burócrata más que se hace fotos en hoteles de tres y cuatro estrellas y viaja, todo el tiempo viajan con el dinero que supuestamente va para otros, pero que son políticamente correctos, su discurso es a favor de los niños, las mujeres, los derechos y derechos que se quedan flotando en el aire...es tremendo esto, y a lo mejor un día me termine mordiendo la lengua, este sí es uno de mis miedos.