19/12/08

Estas palabras y esos montoncitos

Los montoncitos de palabras van dejando una sombra que permite seguir el camino. Desde esquinas diversas, desde ángulos de la vida que no se dejan ver, hay otras palabras que llegan a sumarse a este ejercicio de mirar. La red ha permitido que de nuevo las palabras cobren sentido, que sirvan para trenzar puentes tan frágiles como necesarios. Una vez liberadas, las palabras tienen efectos imprevisibles, traducciones sin control en las que los propios sarpullidos matizan el tono de esta epidermis que es lo que nos atrevemos a contar.
Hoy, como nunca, soy palabra y es ésta la que me conecta al mundo exterior que parece, a cambio, el más interior de los mundos. Tras las ventanas, otras ventanas; tras la sonrisa, miles de lágrimas; tras mi rastro, algunos momentos únicos.
Los montoncitos de palabras me atan a la vida. Bueno, y este mar imponente, y este viento de verano que ya mece los pies del caminante, y un par de sonrisas que, lejanas, identifico con precisión. Las palabras me conectan a Mallorca, a Quito, a Potosí, a Paitilla, a Santander, a Las Torres, a los universos donde hay cariño esperando, un trago servido, hasta, en algunos casos, caricias acumuladas y por entregar.
Benditas pues las palabras en el mundo del ruido. Eso sí, las palabras escritas, que a las otras se las lleva la brisa, las deforma el momento, no dejan de ser música de temporada. Escribir si sirve para algo es para desenmarañar los nudos que acumulamos en partes insospechadas de nuestro cuerpo. Leer, ritual tan necesario como esquivo, es la oportunidad de asomarme a vuestras ventanas.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí te va mi palabra vuelta
cariño, aquí te va mi palabra
jugueteando con los vientos del
verano que te acercan, o te alejan... la palabra que te busca,
la palabra que te sigue...la
palabra que te encuentra...

Paco Gómez Nadal dijo...

recibo tu palabra... mil gracias Baby por estar siempre ahí

Txell Sales dijo...

Sí, tienes razón. Las palabras se las lleva la brisa, aunque hay veces que su eco vuelve en forma de huracán.

Paco Gómez Nadal dijo...

Las palabras habladas Txell. Pero tienes razón, hay huracanes paridos con palabras.

César-in dijo...

La palabra que se carga de sentido, o el sentido que se vuelve palabra, cuando el alma se expresa y se vuelca en cuencas de ríos que encuentran un cauce, hay al menos esperanzas de que algún día se llene ese mar que todos queremos inundar.

Anónimo dijo...

Txell: hoy sólo pienso en ese huracán de palabras, cuyo eco ya
no percibo, que se deshicieron antes de poder asirlas, guardarlas...

Araceli Esteves dijo...

Cuánta razón tienes. Pero los nudos no siempre se deshacen con palabras, ojalá fuera así.A veces no sirve ni el diccionario entero.

Anónimo dijo...

aquí estamos en Las Torres que citas, tomando el solecito invernal, a ver si sabes quiénes somos... Nos vemos en la agonía del año.

amalia dijo...

esos montoncitos de palabras también calan aquí en Managua. Me adhiero a lo que decís, pero en mi caso, me cuesta encontrar las palabras para soltar estos nudos que a ratos me ahogan. Te comparto esta canción, una de las tantas, a las que a veces recurro para soltarme http://es.youtube.com/watch?v=69Yn_WE_vG8&feature=related

Paco dijo...

amalia, el día que a ti se te agoten las palabras, yo renuncio. Eres fuerza y vida... a los nudos, con tijeras compañera, con las tijeras de tu energía. Un beso linda

Paco dijo...

el pasado que me espera: si sirven, siempre sirven... es lo único que sirve. Sin tantos diccionarios y sin con la palabra amanecida, la que surge del encuentro con uno /una misma, la que nace del ancestro y de las ventanas que abrimos para asolearnos.

Paco dijo...

Ese solecito de La Torres em espera en unos días. Solecito del trópico por solecito de ese desierto mío, de esos cerros pelados que siempre están en mi memoria. ¿Cómo no saber quiénes son mis raíces?

Marta Sanuy dijo...

Que bueno coincidir en que sirven. Vamos a ver si convencemos a ese pasado que me espera.

besos gordos Paco.