21/12/08

El agradecimiento

Atrapados en la añoranza nos olvidamos del agradecimiento. Añorar es cosa de poseer. Se añora lo que ya no se tiene, lo pasado por no ser presente, lo grato por ser ya solo una mancha de café diluida en la mañana que toca afrontar. Añorar, extrañar, echar de menos, tener saduade... todos sentimientos de la posesión que destilan amargura y rabia por no haber podido perpetuar lo que, como todo, es fugaz. Una caricia, un muñeco roto, una tarde de invierno con paso firme sobre la Gran Vía, la pobreza compartida, la riqueza prometida... añorar estanca y desvirtúa la memoria -que otra cosa es recordar, rememorar, guardar en cajitas acolchadas los buenos recuerdos de esta vida llena de malos augurios-.
Si fuéramos capaces de sacudirnos esa mala relación con el pasado ya pasado, entenderíamos que lo justo es agradecer a la vida esa caricia, ese muñeco que un día gozamos, ese caminar sin miedos, aquel amor, aquel instante. Agradecer el hecho de que podamos recordar y que, al hacerlo, se nos tornen los sentimientos del ayer y el alma se acomode en la memoria de lo hermoso.
El salto cósmico que se requiere para transformar la añoranza en agradecimiento en realidad es solo un pasito bien humano en el que despojarse de lo poseído se convierte en un acto de amor hacia la vida.
Gracias pues.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es Paoo Es difícil dar ese
salto cósmico, que dices, para
transformar la añoranza en agradecimiento...es difícil créemelo...demasiado difícil...
ojalá no lo tengas nunca que dar.
yo lo intento, día a día, pero
las añoranzas pueden más que el
agradecimiento...a pesar de amar
la vida, las añoranzas privan...

veronica dijo...

Paco: Yo siempre he dicho y a pesar de la pena que da el haber perdido a alguien, agradezco el haber conocido personas, haber vivido momentos. Aprender eso es díficil, en eso concuerdo con Baby, cuesta liberarse, porque la añoranza somn para mí como unos lentes que no te dejan ver y de la a¨noranza al capricho hay un pasito. Agradeco el haber podido visitar a mi familia y el vivir la vida que tengo. Tengo mis recaídas pero mas del 95% de las veces agradezco las vivencias que esta vida me regala. Ya de vuelta a casa disfruto volver a leerte

Araceli Esteves dijo...

Bueno, yo no lo veo tan así. Para mí la añoranza es algo grato. Tengo un hilo conectado al pasado y del que me nutro a menudo. La nostalgia es un sentimiento que me resulta placentero, es un placer triste, no sé cómo explicarlo, pero no me gusta ver el pasado guardado en un compartimento estanco.Pero agradecer sí agradezco, me parece también fundamental.

Paco Gómez Nadal dijo...

Yo sé Baby, yo sé que hay pasado tan gozoso que hace difícil que el presente no duela. Pero conozco tu fuerza y no creo que tú estés atrapada, sino que recreas la memoria...

Paco Gómez Nadal dijo...

Mira que por algo yo no utilizo la palabra nostalgia en el texto. La nostalgia, creo yo, tiene poco que ver con la posesión y sí mucho con la recreación que sirve también para movilizar. Buena parte de lo que escribimos está movido por la nostalgia. La nostalgia no es solo tristeza.

Paco Gómez Nadal dijo...

Verónica, cuanto tiempo. Abrazos.

César-in dijo...

Yo agradezaco tener espacios que me atan a lo que vivo, lo que quiero vivir y lo que quiero ser.
"RECORDAR, del latín RE-CORDIS: VOLVER A PASAR POR EL CORAZÓN", como dice la primera página de "El libro de los abrazos", que escribió Galeano hace ya algunos años.
Yo re cuerdo tu abrazo, tu palabra honesta aunque duela y agradezco permanentemente la construcción de amistades que nutren en corazón...

Anónimo dijo...

Cesar-in: Hermoso lo que dices:
recordar, volver a pasar por el
corazón...eso para mí es vivir,
o vivir dos veces...
Eso es lo que imagino encontrará
Araceli en el pasado que la espera...