27/9/08

Adelanto de El Malcontento

No suelo publicar por adelantado los artículos de opinión, pero como somos una 'comunidad' bien pequeñica, ahí va el que saldrá publicado el martes, en rigurosa exclusiva..jejejeje


EL MALCONTENTO

Me rindo ante su verdad

Paco Gómez Nadal
paco@prensa.com
Siempre le he reconocido a la derecha su capacidad para creerse en posesión de La Verdad, así con mayúsculas. Puede ser la verdad revelada, en el caso del clan católico –desde el cruzado antirelativista Ratzinger hasta los iluminados del Opus Dei-, la verdad económica –hay un libertario que solía recordarme lo ignorante que soy y la fuerza de su verdad-, la política –la democracia es buena mientras sirva a sus intereses-, o la moral -¿o debería hablar de la verdad de la doble moral en este caso?-.
Hablan y escriben como si llevaran un púlpito adosado a las rodillas, con palabras suaves (porque aprendieron en los 80 que desaparecer y perseguir a quien piensa diferente queda mal) descalifican y descartan cualquier tesis que no les cuadre y han inoculado ese estilo en la mayoría de jóvenes ambiciosos que estudian y enfocan su vida en función de dicha verdad: la del éxito, las buenas costumbres, el orden y la ley –su ley-.
Los que ingenuamente creíamos que la democracia debería tener cintura para permitir que todos convivamos aunque no estemos de acuerdo aparecemos como locos de atar, peligrosos instigadores del anarquismo y el libertinaje, malos clones de Stalin o del Ché en traje de camuflaje.
Y cuando restriegan su verdad, su dogma diría yo, lo hacen con una seguridad apabullante, mintiendo y malformando la historia con tal contundencia que uno tiene que hacer memoria para no dudar de sí mismo.
Esta reflexión de derrotado viene al caso por la concentración de argumentos de este tipo que tuve que leer en estas páginas el miércoles de la semana pasada. La Prensa tiene la gran bondad de permitir que voces absolutamente divergentes opinen en sus páginas. Y alabo esta buena costumbre de permitir la diversidad, aunque haya días que se me atragante el desayuno.
Ese miércoles, insisto, tuve que leer como Sergio Díaz Cantero, ofendidísimo paladín de la verdad, arremetía contra la Universidad de Panamá por haber rendido ciertos honores a Evo Morales. Por supuesto que también atacó con ferocidad al propio Morales. Parece que al autor le importa poco la pésima calidad educativa de la Universidad o la utilización clientelista de ella. A él lo que le indigna es que se reconozca el papel del primer presidente verdaderamente indígena de Suramérica en un país de indígenas. Le parece que después de Bin Ladem lo peor es la izquierda y se le olvida que Morales es un presidente elegido democráticamente con más respaldo que un George W. Bush o que un Rodríguez Zapatero.
Lo que quiero destacar no es su punto de vista, respetable como tal, sino la saña y el desprecio con el que se refiere a los que no están en su lado de la trinchera. Para ello, además, saca de paseo a la palabrita “verdad” en numerosas ocasiones, seguro de que solo hay una y de que es la suya, la de los suyos.
El mismo día –que intensidad- superamos el nivel del señor Díaz Cantero gracias a un articulista que firma Juan Francisco de La Guardia Brin. Con todo el derecho a utilizar el cilicio para expurgar su mente pecadora (se supone que así es la de los católicos radicales), a descartar los condones por ser arma del diablo y a tener encima de la cama una foto del Papa, es insultante leer como arremete contra todo lo que no entiende y le da miedo acusando al enfoque de género de ser “ideología contra la promoción de la familia”, asegurando que la educación sexual es equivalente a promocionar la promiscuidad y una larga serie de sinsentidos que si la ley fuera razonable sería considerada como apología del terrorismo mental.
No quisiera estar en el pellejo de sus hijos o hijas, que tendrán que mentir a su padre durante toda la vida para lograr llevar una vida mínimamente placentera y saludable sin provocarle infartos morales. Una vez más no me molestan sus opiniones –de hecho, son lo más parecido a un guión cómico-, me indigna la contundencia, la seguridad con la que apela a “la verdad”, a su verdad, para negar cualquier pensamiento que sea diferente al suyo.
Los que no creemos en dioses ni en adscripciones a grupos donde un sumo sacerdote nos diga qué o cómo pensar en nombre de un poder divino revelado no andamos proponiendo a la Asamblea que apruebe una ley para demoler todos los templos de las mil y una religiones que adormecen a nuestros vecinos, ni solicitamos que se esterilice a todos estos integristas para evitar que causen más daños a la sociedad, ni se nos ocurre pedir al Gobierno que incluya en el currículo escolar una materia que promueva el librepensamiento entre los menores –aunque estaría bien, ahora que lo pienso-. Toleramos la diferencia. Para ellos, cualquier cosa que no sea su verdad es un atentado contra toda la sociedad. ¿Quién les dio el derecho de representarnos moralmente? Que dios nos proteja –si existe-.
[Caballero Bonald, ese magnífico genio de infractores, le regala a C. versos para que tome distancia: “Son los mismos/que siguen solazándose/con las soflamas de los patriotas/y empuñan de continuo estandartes y cruces/con que emular a sus mayores,/mientras avanza por las avenidas/un cortejo triunfal de bienpensantes./Líbrate, compañero,/de esas iglesias y esos mentecatos”.]

8 comentarios:

veronica dijo...

Paco: Gracias por la exclusiva, yo nací en una familia católica, pase de hija ejemplar a oveja negra y otras yerbas. Duele la doble moral, no digo que me haya sanado de esa enfermedad, áfloran síntomas que declaran que rastros del virus moralino (de doble moral) aún esta en mi cuerpo. No quiero más dueños de la verdad ni tampoco los "expertos" en algún tema. Yo sí creo en dios y le doy gracias por no creer en la verdad, cada uno tiene su mirada, su experiencia, pero siempre con respeto al ser humano. Yo creo que cada ser humano debe hacerse responsable, por ejemplo: yo creo que el aborto DEBE ser legal, para poder controlarlo y evitar muertes innecesarias, yo no me haría un aborto, pero esa elección no debe ser motivada por la prohibición sino por mi creencia que la vida empieza en el momento de la concepción. VIVA LA LIBERTAD DE EXPRESION.

Anónimo dijo...

Hola compañero. Discrepo un poquito. Por estos lares, el patrimonio de creerse en posesión de la verdad absoluta es de toda la clase política. Da igual que sean de derechas que de izquierdas, aunque los mesajes de unos cabreen más que los de otros. Son bloques inamovibles, ciegos y sordos a nada que venga del 'otro bando', con una sola idea válida,la suya.Años haciendo información parlamentaria me han dejado cierto descreimiento en TODOS ellos. Una apunte de última hora que no deja de asustar: La ultradercha gana posiciones en centroeuropa (Austria el ultimo) ¿Cómo es posible que sea, precisamente, con los votos de los jóvenes?.

Anónimo dijo...

apología del terrorismo mental. Buenísimo.

Me dijiste que no te comentaba. Sí, sí lo hago, bastante menos de lo que me gustaría, pero puedes estar seguro de que leerte, lo hago casi diariamente.

Se creen en posesión de la verdad. Rotundamente. De la verdad única e indiscutible, y arremeten contra lo que sea que se oponga a esa verdad. Confunden, logran que todo parezca estar de acuerdo con ellos. Bueno, yo me revelo un poquito intolerante a la inrolerancia, como diría un amigo. Pero defiendo que cada cual defienda lo que le dé la gana.

Se creen en posesión de la verdad, hasta el punto de que todo lo demás se convierte en una mentira inmediata.

No, no querría ser hija de dicho señor. Pero igual ella lo ve así también así... la juventud vive bombardeada por misivas, frases de mítines y comportamientos extremistas. Por uno u otro extremo. Repiten opiniones ajenas absolutamente convencidos de que son suyas y de que son las correctas.

Y creo que ya tienes pistas suficientes como para saber quién soy, ¿no?

Un beso.

Paco dijo...

Vero, el problema no es de creer o no creer, como tu dices el tema es respetar al otro o a la otra. El problemilla es que esta gente no lo hace y hay días en que uno se cansa.
Es cierto Pilar que los hay en todos los bandos, pero es que lo de los valores 'tradicionales' por estos lados es muy fuerte. Ya sabes que en Latinoamérica la izquierda está satanizada, no tiene periódicos para que sus opiniones se viertan y si lo hacen son machacados de inmediato.

ajaja Náyade, sí ya sé quién eres y me encanta que entres, que leas y que comentes. Mil gracias

Anónimo dijo...

cynqecHola Pilar: Yo siendo una víctima
de esa Verdad, estoy de acuerdo contigo en que, no importan derechas o izquierdas, todas creen
poseer su única, absoluta y siempre
ciega, verdad. Lo mío, es lo único
válido.
Así seremos de tontos para dejarnos manipular de alguna u otra
forma?
No...!!!

Anónimo dijo...

Creo que vale la pena pegar aqui los articulos de marras para que de desaparescan:

Panamá, miércoles 24 de septiembre de 2008



SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA.

Candidato: si no te importa mi familia, no me importas tú
Juan Francisco de la Guardia Brin
opinion@prensa.com
El anteproyecto de ley Integral de Salud Sexual y Reproductiva que discutirán los diputados en los próximos días distorsiona la grandeza de la sexualidad humana, pues hace obligatoria la educación sexual basada en la perspectiva de género e introduce una ideología contraria a la promoción de la familia como pilar de nuestra sociedad.

Cuestionaremos a las autoridades sobre la capacidad de niños y adolescentes a “tomar decisiones autónomas” sobre sexualidad y reproducción, pues los están poniendo en elevados niveles de riesgo. Esta vulnerable población carece de criterio formado y capacidad de tomar decisiones acertadas sin la sana orientación de sus padres.

Con ello se corre el riesgo de lesionar la integridad física,psíquica, social, moral y espiritual de nuestros niños y adolescentes. No solo se introduce una concepción hedonista y equívoca de las relaciones sexuales enseñando a niños y adolescentes desde tempranas edades las diferentes alternativas de orientación sexual. Bajo la premisa de evitar los embarazos en adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual como el VIH/sida, expone a los menores de edad al uso indiscriminado de métodos anticonceptivos artificiales a tempranas edades con poca o ninguna supervisión médica, y se patrocina la promiscuidad, lo que hará aumentar aún más los índices de embarazos en adolescentes y el contagio de enfermedades de transmisión sexual, que pueden llevar hasta la muerte.

Es inadmisible que se impida a los padres conocer y tomar decisiones en los riesgos y dificultades que enfrenten sus hijos. Y eso es lo que se pretende con el artículo de “derecho a la confidencialidad”. En ese artículo se imponen sanciones a quienes divulguen información de cualquier persona y de cualquier edad que haya consultado a quien sea respecto al tema de sexualidad y reproducción.

Son los padres de familia a quienes le pertenece el derecho y el deber de velar por el sano desarrollo integral de sus hijos menores de edad.

En este anteproyecto han pretendido enmascarar este artículo introduciendo otro que dice que los padres deben acompañar a sus hijos, pero si el menor va solo, el padre de familia no puede ser informado.

Los anticonceptivos podrán ser entregados hasta por educadores, que muchas veces desconocen las enfermedades o traumas a los que está expuesto el niño.

Otro ejemplo de irresponsabilidad en este anteproyecto, es permitir la esterilización a partir de los 18 años de edad. Nuestros jóvenes se verán expuestos al comercio sexual, pues una vez esterilizados ni embarazan ni se embarazan.

La propuesta de ley es tan controvertida que para poder que se implemente la tienen que hacer obligatoria. Dice que “será obligatoria la inclusión de la educación sexual y reproductiva con perspectiva de género”. Esa ideología define por separado conceptos como la identidad de género, rol de género y orientación sexual; se revela la opción por la homosexualidad a tempranas edades y se afirma que la dotación genética no es determinante para la construcción de la identidad sexual.

La educación con perspectiva de género dista del propósito de educar personas con dignidad humana, ciudadanos que pongan en práctica valores cívicos, morales y religiosos capaces de construir un proyecto de vida personal, que luego, y si así lo quieren, compartirán con otra persona que le complementa en el sexo opuesto, con miras a fundar una familia. Hay tanto miedo al rechazo, que en ningún punto de la propuesta se contempla la opción de objeción de conciencia por parte de los padres, lo cual es un derecho inalienable.

Es curioso que se haya aprobado en Gabinete esta propuesta justo cuando los obispos católicos están en Roma reunidos con el papa Benedicto XVI, ya que la Conferencia Episcopal se ha opuesto reiteradamente a las leyes que atentan contra la vida y la familia.

Los proponentes de esta ley, los que voten por ella en la Asamblea Nacional y quienes sean cómplices en su cumplimiento, tendrán que hacerse responsables penal y civilmente de los estragos que causen a cualquier persona a nivel físico, psíquico, moral y espiritual.

Si queremos un mejor país, debemos votar por 78 diputados y un Presidente de la República que verdaderamente se preocupen por la sociedad panameña y la familia, no por aquéllos que se vendan a las millonarias organizaciones internacionales que promueven la destrucción de nuestra familia. Si quieres un mejor Panamá, antes de votar asegúrate de que los candidatos y sus partidos se preocupan por tu familia.

El autor es otorrinolaringólogo



Panamá, miércoles 24 de septiembre de 2008



EL DOCTORADO DE EVO MORALES.

Los amigos peligrosos de la Universidad de Panamá
Sergio Díaz Cantero
opinion@prensa.com
La Universidad de Panamá confirió el doctorado honoris causa a Evo Morales, presidente de Bolivia. Una decisión contradictoria, que envía un mensaje ambiguo debido a varias razones.

En primer lugar porque la Universidad de Panamá debe estar abierta a la búsqueda de la verdad, sin condicionamientos ideológicos que comprometan la objetividad de esa búsqueda, y Evo Morales representa una postura ideológica cargada de prejuicios, que le impiden a su vez un entendimiento acertado de los problemas sociales.

Basta leer sus comentarios sobre las inundaciones que afectaron varias partes el mundo en meses pasados: la perspicacia de Morales le ha llevado a afirmar que este desastre se debe al “modelo capitalista”, y a profetizar la desaparición de la humanidad, si no corregimos el rumbo de la sociedad industrializada y moderna.

¿Será posible un desvarío mayor que ese? ¿Será posible una postura con menos sentido universitario y académico?

Obviamente no nos extrañan ya las ocurrencias del presidente Morales, pero lo que no llegamos a entender es el poco criterio de las autoridades de la Universidad de Panamá, al querer engalanarse con este perfil de notables, entre las filas de sus clarividentes doctores honoris causa.

Con este reconocimiento nuestra máxima casa de estudios nos ha confirmado, sin lugar a dudas, cuál es su orientación ideológica, que coincide con la de Morales: el populismo chavista de la nueva izquierda tercermundista.

En contra del espíritu universitario más básico, Evo Morales niega lo que es hoy una evidencia histórica, que el verdadero progreso es consecuencia de una alianza irrompible de dos libertades, la política y la económica.

La libertad ha demostrado repetidas veces ser la clave del desarrollo, a la vez que la tentación del populismo ha conducido inevitablemente al mayor empobrecimiento de los países latinoamericanos. Bolivia es un ejemplo elocuente.

Evo Morales representa la vieja falacia que atribuye el subdesarrollo de nuestros países a la explotación de los poderes extranjeros. Lo repitió durante la entrega de su doctorado: “El capitalismo roba los recursos a los pueblos latinoamericanos”.

Que disparate más contrario a los esfuerzos de varios académicos y profesionales que tratan de impulsar en nuestro país el espíritu emprendedor, de esos que han aprendido –en verdaderas aulas universitarias– una verdad elemental que algunos tratan de negar: son las empresas las que producen la riqueza en una nación, las que generan el progreso.

Pero Evo tiene lo suyo, dentro de la izquierda latinoamericana representa la variante del “indigenismo”, una especie de racismo quechua y aymara que pretende endilgar las culpas de todos los males de su raza a la explotación “blanca”.

Así, el contrasentido es supremo, pues su postura racista afecta a quienes pretende proteger, pues no estimula en ellos la superación por la vía del mérito ni del esfuerzo.

No juzgamos a los bolivianos por dar la oportunidad a Evo Morales de intentar resolver sus problemas; ellos tendrán sus razones históricas para justificar su elección. Pero como panameños nos preocupa que las autoridades de la Universidad de Panamá decidan otorgarle un reconocimiento de tanta relevancia a una figura condicionada por una carga ideológica tan pesada.

Los prejuicios son los enemigos más peligrosos de la verdad. Y los panameños deseamos contar con una Universidad alejada de prejuicios ideológicos.

El autor es administrador de empresas

Anónimo dijo...

Efervescente: Creo que reproducirlos es hacerlos
rodar... De santurrones y necios
ya tenemos bastante...

veronica dijo...

Paco: Gracias por tener este blog, uno puede leer y estar de acuerdo o en desacuerdo. Eso es lo lindo de querer democracia, y leer otras opiniones nos hace pensar, confrontarnos a nuestros valores y a la diversidad del mundo. Por un mundo mas justo. Que tengan todos un buen día.