5/5/09

Aún sin ser insomnio




En las ensoñaciones la única trampa es amanecer. Abrir los ojos y que las nubes ya no sean habitables o que los ferrocarriles solo lleguen a la estación que anuncia el cartelito ya digital. De la vigilia la única tara es utilizar los ojos internos, esos que miran al costado de la realidad, aquellos con los que, si se lleva cuidado, se desviste a los cuerpos hermosos que se esconden bajo abrigos de alpaca prefabricada.
Por eso hay una manera de retar a la representación de lo que somos: negarse a creer lo que nos cuentan los profesionales de la des-información y hacerle cada día más caso a ese disimulado instinto que prende las alarmas cuando todo parece demasiado razonable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué lindo cuadro! ¿Chagal?

Unknown dijo...

of course compañero Chagal