19/5/09

Malcontento de hoy 19 de mayo

EL MALCONTENTO

A ver qué dicen ahora…

Paco Gómez Nadal
paco@prensa.com

Para derrotar al PRD en las elecciones y al fantasma del pasado representado en Balbina Herrera –o eso decían–, una buena parte de la “buena” sociedad panameña le apostó al caballo de Troya: el ahora presidente electo y vendedor de golosinas Ricardo Martinelli. El caballo flamante, ataviado con ropajes de limpieza y relinchando el cambio allá donde lo dejaban bufar –en la mayoría de medios de comunicación tenía cancha abierta para hacerlo–, se coló en el alma de los votantes y en las urnas del 3 de mayo y conquistó Troya sin mayor dificultad.

Ahora, como en el mito–historia, la ofrenda a Atenea abre su barriga y deja salir a los soldados ocultos bajo los lemas de campaña y el discurso mentiroso que hablaba de democracia y de justicia. Lo que sale es esperpéntico. Y yo, ciudadano troyano temeroso de las estratagemas griegas –esto y mirando el espectáculo desde mi terraza, espero paciente a ver qué dicen ahora los cientos de voceros voluntarios de Martinelli que lo pintaron durante la campaña como el adalid de la democracia, la libertad y el cambio.

El Gobierno que nos anuncia tiene tres tipo de personajes. En una categoría está solito Gustavo Pérez, gorila de Noriega que dirigirá la Policía. ¿Se imaginan qué hubiera pasado si Balbina hubiera ganado las elecciones y hubiera designado a Pérez para el puesto? Imagino las vigilias neocivilistas en la Iglesia del Carmen, ríos de tinta denunciando el carácter dictatorial de la presidenta y una presión tal que la hubieran obligado a dar un paso atrás. Martinelli no lo va a hacer. “Yo no voy a ceder”, declaró el presidente electo ante las críticas. Un buen lema para su carácter autocrático.

En la segunda categoría están los empresarios con intereses personales por encima de los públicos. Que Alberto Vallarino –el amigo personal de Martinelli al que una vez traicionó para quedarse con Mireya– sea ministro de Economía dice todo. El PRD le aprobó una ley para que no pagara impuestos cuando vendió Banistmo y ahora el “cambio” lo premia con un ministerio. Luego nos molesta cuando desde fuera se dice que Panamá es un paraíso fiscal de dudosa reputación…

Más empresarios: el rey del licor que no bebe, y vicepresidente, Juan Carlos Varela, nos representará ante el mundo. Imagino que en especial ante el Vaticano. Para agricultura, un empresario de la leche, para los Asuntos del Canal, un miembro de Morgan & Morgan… algo así como poner a un zorro al cuidado de las ovejas.

En la tercera categoría están los ministros mediáticos sin más mérito que ese… ser mediáticos. Claramente, Matinelli aprendió la lección: si ganó las elecciones con una buena campaña en televisión y radio, esa campaña debe ser permanente mientras gobierne. Por tanto, al frente del Mides, Ferrufino, un presentador sin mérito de un programa caritativo lacrimógeno que explota la peor sensiblería de los telespectadores. No quiero ni pensar cuáles son sus credenciales o conocimientos en desarrollo humano, equidad de género, participación social o seguridad alimentaria… pero queda bien en cámara.

Y, en Educación, una de las piedras medulares de cualquier política pública en Panamá, Lucy Molinar, cuyo único mérito es el rating y en creerse que sabe más que nadie –lo digo por el trato que da a sus invitados–. Para seguir el estilo de su nuevo jefe, Molinar ya ha dicho que “se acabaron las negociaciones, ahora a trabajar”. Eso sí, antes reconoció que no tiene ni idea de educación, lo cual no nos tranquiliza como ciudadanos, pero significa una lavada de manos a lo Pilatos por si el rancho se le incendia –que se le va a incendiar–.

Molinar y Varela, además, inculcarán la doble moral del Opus Dei, secta católica que, por mi origen español conozco de sobra y a la que, confieso, tengo pánico. Fue el Opus el gran asesor del dictador Franco en los llamados años del desarrollismo en España y ha sido el Opus el protagonista de la mayoría de los complots político–económicos en aquel país. Aderezado con un concepto rancio de los valores sociales, recomiendo a chicas que gusten de faldas cortas, fumadores, padres solteros, homosexuales, agnósticos y demás rarezas que desaparezcamos del mapa los próximos cinco años, porque el ala dura del gobierno no va a fomentar precisamente un clima de tolerancia social.

En fin, a ver qué dicen ahora, a ver qué hablan los columnistas y opinadores que tan fervientemente apoyaron a Martinelli. Se avecinan tiempos complicados, pero, al menos, no ganó el PRD –dirán los que no van a decir nada–. Suerte y que Dios –el de ellos– nos agarre confesados.

1 comentario:

Anayansi Acevedo dijo...

Bárbaro el análisis...y si que Dios nos agarre confesados. Abrazos.