11/12/10

La otra historia

Miro con ojos críticos en exceso el mundo del que provengo. Lo juzgo como una juzga a la gente que quiere con cierta injusticia fruto de la exigencia.

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Hoy escucho la historia de Consuelo, esa mujer ya mayor que conozco poco, de un pueblo de por acá, ligada a mi por lazos familiares. Y me entero que un inmigrante subsahariano que la veía todas las tardes cosiendo a la puerta de su casa le pidió ayuda. Que le guardara el mal salario que ganaba y las latas de comida que compraba; que vivía en una nave con cientos de inmigrantes como él, explotados y brutalizados.
Consuelo lo hizo, con generosidad, y construyeron una relación de amistad. El inmigrante salió de Murcia camino a otra región en busca de trabajo y allá otra mujer española más joven se enamoró de él.
El amigo de Consuelo nunca ha dejado de escribirle y de llamarla.

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Somos gente y aunque el "desarrollo" aletarga, el ser gente nos sigue salvando. Quizá a eso nos deberíamos dedicar: a rescatar "la gente" que llevamos dentro, a fomentar aquella magnífica costumbre de recibir al Otro, de saludar, de compartir, de charlar.

5 comentarios:

Julia dijo...

Cada vez, sin darte cuenta, lo llevas todo en el "pasabordo": el exceso de este mundo de acá, los recuerdos, las exigencias, los cariños, la sorpresa, lo previsible de cada momento. Sin ese peso, ni escribirías esto ni serías tú. Consuelo llamaba a su amigo africano "el morico", era argelino, pero ella no sabía de países. Él telefoneó y preguntó por ella cuando ya estaba muy enferma; ahora esta historia ya está escrita.

Marta Sanuy dijo...

Preciosa historia.
Cuando nos veamos te contaré algunas más así de lindas. Tengo ganas de verte, no creas, ¡tenemos un montón de cosas de las que hablar!

Un abrazo muy gordo y que sea leve la depresurización, suelen ser difíciles.

Marta Sanuy dijo...

He recordado después de leerte esto:

http://lamujersinatributos.blogspot.com/2008/11/no-estoy-para-msicas-o-bien-subir-es.html

quizá proceda.

Paco Gómez Nadal dijo...

Esa historia está por escribir. Somos gente, solo eso. Y todo eso

Paco Gómez Nadal dijo...

Marta, de lo más pertienente tu lectura. La tribu somos también nosotros, quizá eso es lo más difícil de digerir. Sí.. tenemos muchoooo de lo que hablar