12/4/09

Un regalo especial

Martin Hopenhayn es chileno y leyéndolo me estremecí.... quiero compartirlo con ustedes



"No estaría mal un acelerador de mariposa para echar a correr este vértigo abdominal, un primaverazo en pleno estómago.
No estaría de más volver a amar con ojeras, remontar contra la corriente este tibio ordenamiento, brincando por encima de nuestras apacibles renuncias hasta rehacer lo que la terca prudencia deshizo. Confundir el entusiasmo con la verdad, lo fugaz con lo irrefutable, lo aparecido con lo imprescindible.
No estaría de más arrojarse a una pasión con duelo incluido -¿qué pasión que se precie de tal no tiene duelo?-, abandonarse al galope suicida de la sangre convencido de que la vida sólo se muestra al interior de ciertos suicidios, adolecer sin cálculo, consagrar el presente a la anticipación de encuentros virtuales con rostros y manos no menos virtuales.
No estaría de más remontar el tedio cuesta arriba, remar las ganas cuesta abajo hasta alcanzar la parte más vulnerable de sí mismo, exponer la propia carne a un abrazo equívoco y a un desencuentro inequívoco que la deje huérfana de toda otra carne, flaquear contra lo ajeno por ser tan ajeno, desparramarse sin excusa, cabecearse el sueño de otros por amor al arte.
No estaría de más anclarse en los gestos minúsculos, en las señales gratuitas, en las miradas reconstruidas desde afuera y a destiempo. Quedarse allí como si nada, como si por allí pasara todo el aluvión de lo vivido. Acecharse uno mismo, renunciando eufóricamente a toda lucidez posible, a bordo de un naufragio seguro en una fecha vaga pero próxima.
No estaría de más invertir causas y efectos, meter a contrapelo la escalera en el ascensor, el toro en el patio de la casa, la desnudez en la camisa. Caer en desgracia y atribuirlo a los dones de la gracia, empantanar la propia ansiedad con un golpe de ala. Saltar por la ventana sólo para golpear la puerta por fuera, con la frenética ilusión de volver a entrar a quemarropa en la propia adolescencia.
No estaría de más recorrer estos incendios de agua y salvar de los escombros un recado ambiguo, un mensaje de aire, una ruina que hable de su pasado remoto. Cabecear fuera de juego con toda la emoción de gol, remar citas imaginarias hasta incrustarlas contra viento y marea en el oleaje del día. Comerse todas las imposibilidades de ser y no saciarse y luego volver a intentarlo con más convicción y menos fundamento.
No estaría de más gastarse en estas cosas, fumarse hasta el vapor, pagar cuentas de vida o muerte que a nadie le cambian la vida, volver al paraíso sólo para salir disparado del paraíso una vez más, pero con una fuerza inédita. Obcecarse en este regreso hacia adelante en este camino desconocido con desenlace conocido.
No estaría de más perder el tiempo ganado, derrocar la sensatez con un exabrupto de cintura, cambiar raíz por mariposa, historia por vértigo, pacto por arrebato. Despeinarse la calvicie con resaca de ciclón, afeitarse la mejilla más beata sólo para provocar un follaje que aloje y enrede. Pegarse la voltereta del año en un desfiladero. Llegar al punto de escribir imágenes seudopoéticas como éstas, poco sutiles y bastante toscas, con la pretensión de decir algo que no cambiaríamos por nada.
No estaría de más arrimarse a esta manía por la velocidad, a este coqueteo con la muerte, a este desgaste glorioso y sin provecho. Ser torpe en la destreza, diestro en la torpeza, rascarse las grietas con una curiosidad de niños que creíamos haber despoblado hace mucho tiempo. Ser este sin sentido en el que todo se convierte en máxima expresión, en despedida absoluta, en perfecta asimetría.
No estaría de más dar un paso en falso y reverdecer en el exceso, subirse al corral de otro, usurparle la mamadera y vivir su pataleo con toda su impotencia. Apostar al tejo pasado hasta acabar de bruces en el cielo, cuadrar un circulo vicioso en un círculo virtuoso y habitarlo como quien no quiere la cosa, o como quien la quiere demasiado.
Todo esto no estaría de más. pero tampoco estaría de más lo otro: cuidar y regar toda la cosecha que se arriesga al zambullirnos en todas estas cosas que no estarían de más. Ávidos de esto y de lo otro, buscamos acaparar la pasión y el cálculo, la serenidad y el desborde, lo aparecido y lo construido. No estaría de más jugársela por esa avidez."

3 comentarios:

BB dijo...

Paco: te estremeciste y también
lo hice yo... Son palabras tan
profundas, tan bellas que pensé
que eran tuyas, sabes? Él dice
lo que tú llevas dentro, que,
a veces, se te escapa por ahí,
en tu hermosísima prosa.
Un beso
Baby

Vidadebohemia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
náyade dijo...

Vale, se me fue el ratón y eso no ha tenido gracia... curiosea un poco a través de mi perfil (sí, la de arriba soy yo), pero te agradecería que borraras ese comentario en cuanto puedas. Oh, ya he descubierto yo cómo se hace, fíjate =)

Te decía que brutal, y que realmente estremecedor, como dijiste...

Un beso