15/7/10

Regalo de Manigueuigdinapi

(En respuesta a las declaraciones del Ministro Mulino en las que califica a los indígenas como "borrachos manipulados")

REFLEXIONES DE UN BORRACHO

Estoy mareado de tanta caña de maíz fermentada, me levanto de la hamaca, me enjuago los ojos y miro hacia la ventana, saludo a toda mi familia, al abuelo sol, a las nubes, a mis vecinos, a las piedras, a los árboles, a las aves y a las plantas. Les cuento a mis hijos de mis sueños y pregunto sobre sus sueños, me tomo un café con sabor a leña. Veo la sombra de la cigarra, el humo que se cuelga del cielo, lo verde, amarillo y rojo del campo, me hace sonreír las muecas de mis hijos.

Veo la angustia de mis hermanos en avisarme que hay que protestar, bajar de las montañas e ir a la selva de concreto, allí donde nadie te saluda, aunque le digas “buenos días”, “hola, como estas”, tienen pena o tendrán miedo de alguna venganza histórica o ancestral. La ciudad donde nadie escucha, ni ve, aunque haya cientos de bares y cantinas con música típica, rock o ballenato.

Estoy acostumbrado a las luchas, mis ancestros pelearon, mis abuelos me cuentan sus hazañas, mis padres también se jugaron la vida y mis hijos les tocará su turno, ahora me toca a mí, que suerte que no fui a la escuela, todos los que han estudiado ya no trabajan la tierra, aunque debo de admitir que saben sobre historia universal, de Sócrates, Hitler, Mussolini y del río Po, pero no recuerdan los nombres originales de nuestros ríos, ni las palabras de Kibian, UrraKa, Victoriano.

Debo confesar que soy borracho, que me encanta embriagarme con las flores de mi jardín, con el rocío de las mañanas, del canto de las aves y de mi conversación matinal con las plantas medicinales y las rocas hablantinas. Aunque un buen vino me hace recordar la ciencia y los acueductos del Pueblo Maya que aún funcionan en Guatemala, la arquitectura Inca, la orfebrería Chibcha, los cuentos Kunas de Ibeler y Duiren.

Ahora me llaman borracho, ignorante y analfabeta, moribundo desde una cama del hospital Santo Tomás, ahora vendo ojos por celular, otros ofrecieron sus vidas para una mesa de negociaciones, me han prometido un plasma, un celular para llamar a mi familia, una botella de seco a la semana para curar mis heridas del alma.

Pienso que estas personas que nos gobiernan dormirán tranquilos, besarán a sus hijos, los saludará en la mañana, contarán sus sueños a sus familiares, saludarán a sus vecinos, escucharan el grifo del baño y dirán buenos días al sol y a las nubes. O tal vez ya están sordos que no escuchan el llanto de la Madre Tierra y están ciegos que ya no saludan y tiene miedo y disparan contra todo ruido extraño, contra mis ojos, contra los corazones de jóvenes asesinados.

Y están mudos porque solo escuchan sus voces y no la de los niños que juegan en los ríos, ni descifran las letras de las hojas, plantas y flores, ya no veré los colores del campo, ni las manchas de la luna, debo salir de este maldito hospital, tomar dos cervezas heladas y ponerme a conspirar por la vida, por la tierra, desde la oscuridad y la sombra.

Manigueuigdinapi
Miércoles, 14 de julio de 2010

2 comentarios:

Juango dijo...

¡Qué bello texto Paco! Una respuesta con dignidad y altura a las ofensas y los insultos oficiales.

Anónimo dijo...

Gracias por compartir
esas palabras