26/11/14

Postpodemos. El peligro de ser un fenómeno

He vivido en la distancia el último proceso de conversión de Podemos. Lo que nació, en teoría, como una propuesta democrática, abierta, desde abajo y, por tanto, contradictoria y compleja, ahora es un partido político de corte representativo, cerrado al disenso, con élites internas y con una propuesta lo suficientemente vaga como para ser un hit electoral. Podemos es una criatura de la democracia mediática que llevamos sufriendo ya hace décadas en la que los estrategas tienen más peso que los políticos y los consumidores de sueños más que los ciudadanos con criterio político.
No dudo de que dentro de 20 años, el ‘fenómeno’ Podemos se estudiará en algunas facultades de Ciencias Políticas, pero el hecho de que algo sea un fenómeno no lo convierte en positivo (véase Marie Le Pain en Francia).
Podemos sabe recoger el enfado de la mayoría silenciosa del electorado de clase media, cierta protesta infantilizada de algunos sectores juveniles poco o mal politizados e, incluso, la frustración de algunos sectores de la izquierda tan acostumbrados a perder que la leve posibilidad de victoria les provoca sueños húmedos. Podemos generó un estado de ilusión asamblearia intencionalmente sin estructura para poder cooptarla en cualquier momento. Y así lo ha hecho.

Podemos es un fenómeno en varias dimensiones:
-       La droga de la ensoñación para los despolitizados. Ya saben que una parte importante de la sociedad española se dio cuenta que no vivía en una democracia real justo el 14 de mayo de 2011 por la noche. De ahí un 15 M de jóvenes y adultos que los últimos años habían vivido la sopa boba del estado del bienestar que compraba su indolencia a cambio de salarios inflados y adosados a las afueras. Un día nos dimos cuenta de que no era oro lo que hacían relucir de la Transición y entonces levantamos las manos y, preñados de ingenuidad política, dijimos aquello de “no nos representan” o “lo llaman democracia y no lo es”.  Para una parte de esa gente el que salgan unos jóvenes profesores hablando de casta y de democracia es casi narcótico. Da igual que no se cuestionen las estructuras o que haya que jugar con las armas del enemigo. Lo importante es participar en ese Juego de Tronos que tanto gusta a Pablo Iglesias y compañía. Da la sensación de que Podemos ofrece un papel en la serie y, como actores primerizos, nos lanzamos al casting sin reflexionar demasiado en cómo afectará a nuestra carrera.
-       El sueño erótico de la derecha. La derecha española se había quedado sin enemigo. Una vez desaparecido Zapatero, el leviatán que todo lo justificaba; autodinamitado el PSOE y automarginada IU, no había un enemigo claro con el que desviar la atención de las propias miserias. Los catalanes no parecen ser suficiente aglutinador de las filias españolistas de la rancia derecha y Podemos cumple mejor el perfil del enemigo interno-externo con capacidad de llevarnos al caos y de instalar un protochavismo cañí que nos sumerja en una profunda crisis poco bolivariana. En este país donde mantenemos los ecos de la posguerra y la dictadura enterrados en fosas comunes hay que remover poca tierra para llamar a la batalla.
-       El postmodernismo ya tiene siglas. Dudo que podamos encuadrar a Podemos en el populismo clásico. Es cierto que con un uso del lenguaje brillante han logrado cautivar a parte del electorado de centro, de la izquierda y de la derecha. Discípulos del postmarxismo de Ernesto Laclau y de la teoría de las hegemonías de Antonio Gramsci, los cachorros de Podemos pueden mostrar el perfil que el electorado quiera ver en cada momento porque ellos buscan el “pluralismo agonal”. Todo cabe, todo vale… una posición también del postmodernismo en el que todo es líquido y no hay por qué encasillarse. Buena lectura de las flácidas sociedades en las que nos movemos.
-       El fin de los tiempos. Podemos ha acelerado algo, pero no el fin del régimen del 78, como gustan de presumir. En realidad han empujado con decisión la crisis de la socialdemocracia española (que ya jugó a renunciar al marxismo y a los principios sólidos) y de la izquierda tradicional. En el primer caso, ha evidenciado la profunda inutilidad de la socialdemocracia para un régimen capitalista radical en el que ya no es necesaria una fuerza de medias tintas (como el PSOE) para calmar las ansias revolucionarias. Esas son historia y el enemigo lleva turbante. En cuanto a Izquierda Unida y, consecuentemente, el Partido Comunista Español, Podemos acelera su descomposición porque, al margen de los históricos errores del PCE, lo cierto es que en esta sociedad de consumo, entretenimiento y caminos fáciles, las militancias o los debates complejos no tiene cabida.
-       El reino de las dicotomías simples. En consecuencia, Podemos sincera al electorado español y lo trata como un aficionado radical al fútbol en el que no caben más de dos ideas antagónicas (mi equipo/el contrario). La formación dominada ahora por el trío Iglesias-Errejón-Monedero lo traduce en casta/gente, en democracia/dictadura, en ellos/nosotros. No hay matices. Ni falta que hacen. En épocas de polarización lo mejor es tensar la cuerda. Tampoco son tiempos de ideas que requieran de demasiada elaboración. Podemos aprende del fracaso de Equo y su apuesta por el decrecimiento y propone más crecimiento (que eso si lo apoya el electorado); aprende del derrotismo histórico de la izquierda minoritaria y lo traduce en triunfalismo infantil y contagioso; aprende de la automarginación de muchos de las y los mejores pensadores de este país y le apuestan a la sobreexposición mediática…
-       El despotismo ilustrado. El nacimiento de Podemos, apoyado en Círculos acéfalos de generación espontánea, fue brillante porque logró crear el espejismo de la democracia directa. En realidad, como se ha demostrado en su congreso fundacional, la propuesta pasa por un despotismo ilustrado, uno más, en el que unos cerebros privilegiados piensan lo que es bueno para el resto y los que tengan ordenador, internet, el tiempo y las habilidades necesarias, que aplaudan con un ratón.

El fenómeno tiene muchas más aristas, pero estas son algunas de las más llamativas. Yo, personalmente, he decidido escribir algunas de mis ideas porque me niego a caer en el error de que “no se debe cuestionar a Podemos” porque eso es darle alas a la derecha sociológica española (la inmensa mayoría del país, por otra parte). El peligro de no hablar, el peligro de no mostrar que hay otras alternativas desde abajo, que se cocinan a fuego lento aunque sean menos espectaculares, es que Podemos puede enterrar a la izquierda española por un par de lustros, así como hizo el PSOE tras su abrumadora victoria de 1982 y posterior traición a sus propios postulados.
No se trata, pues, de buscar los tres pies al gato, pero sí de develar algunas de las falacias y meandros en los que se mueve esta nueva casta política que homogeneiza al resto de la sociedad y pide la adhesión sin condiciones. Hasta ahora sólo han demostrado gran capacidad estratégica y publicitaria. Será interesante verlos moverse en la realidad. Mi sueño erótico es estar errado y que Podemos logre empujar un cambio real en esta sociedad tan cansada, tan dormida, tan hastiada.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

"aprende de la automarginación de muchos de las y los mejores pensadores de este país"... ¿Te incluyes, querido Paco, con este artículo? :) Gracias por no caer en el compinche y traernos noticias desde la realidad!

Anónimo dijo...

Brillante análisis.

Anónimo dijo...

Desde luego, con este análisis alguien pone por fin negro sobre blanco lo que mucha gente vislumbra entre tanto éxito desmesurado. La experiencia nos dice que muchos globos se desinflan antes de tiempo y demasiadas similitudes se van materializando.

Anónimo dijo...

Somos muchos quienes estamos expectantes ante la llegada de Podemos a la realidad, es decir, a las instituciones y la política cotidiana. Singularmente en lo que a política de alianzas se refiere.

ROUSS71 dijo...

1583Interesante análisis. A tener en cuenta. Acabo de ver la rueda de prensa en la que los profesores Vicens Navarro y Juan Torres han presentado el programa económico que consta de 64 páginas y que estará publicado en la web de PODEMOS, mañana a las 10:30am

Anónimo dijo...

Estando de acuerdo contigo en muchas de las cuestiones que planteas, yo me planteo cuanto cambiarían las cosas si aquellas personas que como tu demuestran capacidad de análisis y de vista a largo plazo se hubieran acercado a los círculos.
Los dirigentes hacen lo que se les deja hacer, y los caminos se marcan en función de la capacidad de quienes hacen el camino.
No se si es mejor seguir apostando por luchas de paso lento porque dudo de sus resultados y no se si todo esto que criticamos se podía haber evitado.
Nos dieron una oportunidad de hacer democracia directa (mas bien participativa) y algunos como tu la han rechazado. Algunos como yo lo hemos intentado pero contamos con poca fuerza compañero.
Todos somos responsables de este futuro incierto.