Abrir los ojos no duele
Sólo la certidumbre del hastío nos empuja al canibalismo
Si giras tu cabeza para ojear tus huellas asegúrate de no
toparte con el silencio
Cuando sangro soy desierto de recuerdos; cuando lloro, pesada
duna de memoria
Juntos somos más, pero los imanes dejaron de funcionar
cuando instalamos las dobles ventanas térmicas
El aliento de la muerte nos persigue y es su vaho el que nos
recuerda, sólo en algunos instantes, la casualidad de estar vivos.
Saber sabe (a) margo
Hoy no estoy dispuesto a renunciarte
La televisión tiene dientes postizos
Las agendas sirven para justificar los desencuentros
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