29/11/10

El primer paso

Wikileaks está dando una buena disculpa al imperio para controlar de una vez por todas la red. Si como Assange afirma la próxima "víctima" de las filtraciones es un gran banco estadounidense será el principio del fin. Uno puede tocar al Departamento de Estado (que no es el corazón de la perversidad del imperio), uno puede filtrar unas maldades en Irak, pero golpear al poder financiero son otras palabras.
Del enemigo externo (el islámico), al interno (los medios de comunicación de última generación como Wikileaks). Internet y las redes deberán ponerse bajo control del imperio para garantizar la seguridad y la paz internacional y todos estaremos seguros de que así debe ser.
Tiempo al tiempo.

La toma del poder

Las revelaciones de Wikileaks no son más sorprendentes que el amanecer cotidiano o el lánguido ocaso de los seres humanos de la periferia. Los que, como yo, creemos aun sin confesarlo, en la teoría del complot, sabemos que los imperios son así: prepotentes, osados, suicidas, persistentes en su obsesión panóptica. Pero comprobarlo siempre hace daño.
Al leer los cables sonfiedenciales, las miles de hojas vertidas a la olla imperial, queda la estúpida sensación de ser invitados de piedra en este mundo. Confirmamos, no sin estupor, que todo se dedice al margen de nuestra opinión o de nuestras necesidades. Son otros, otros los que se creen con el poder omnímodo, con la capacidad natural de pedir nuestro ADN o de jugar a los bombardeos y las cospiraciones.
Parece más urgente ahora la toma del poder. Podemos hacerlo de diversas formas. Expulsando a todas estas bestias de salones ovales o recatngulares, exigiéndoles que nos devuelvan lo que jamás debimos ceder. O también podemos ignorarlos, dejarlos en sus tristes partidas de ajedrez cósmico y construir un nuevo poder popular, paralelo, real, vital, incluyente, demoledor.
No sé cuál es el camino, pero desde luego no es este. No debería hacer falta un Wikileaks para abrir los ojos. No nos hacen falta los ojos si no queremos ver.

23/11/10

El discreto encanto de los seres oscuros

¿Qué venderá María Pilar Hurtado? Ya dejó claro el presidente Ricardo Martinelli que, como buen panameño (presidente dixit), compra a quien vende y vende a quien compra. Así que nos toca intuir que la prófuga de la justicia colombiana, Hurtado, debe estar ofertando algo. Ella o su jefe máximo y protector: Álvaro Uribe, el preferido del Congreso hondureño y de los chicos bien del INCAE (donde dará una conferencia mañana). Lo mejor de la broma es que Uribe hablará en una conferencia sobre sibergias entre el Estado y el sector privado cuando sería mejor que disertara sobre cómo convertir el Estado en una herramienta política personal de persecución.
Hurtado, como todos estos seres oscuros que se mueven en las goteras del poder, paracen tener un discreto encanto para los presidentes panemeños.
De hecho, Martín Torrijos puso las cosas en orden y le dio el estatus definitivo de asilados a joyitas como Jorge Serrano Elías (el fracasado autogolpista de Guatemala que habla de democracia cada martes en el deplorable programa de radio de la estridente Mayin Correa); Abdalá Bucaram, el deschavetado ecuatoriano destituido por loco y muy cuerdo para los negocios; o el sí golpista haitiano Raoul Cedrás.
Somos el basurero del mundo del que puede salir reciclado Posada Carriles o dónde lavadores de plata, narcotraficantes o fantoches disfrazados de constructores pueden asistir a cocteles de la alta sociedad, comer en restaurantes de lujo y no preocuparse por su estatus migratorio o su situación fiscal. De eso solo se tiene que preocupar inmigrantes pobres, periodistas o críticos del Gobierno (que a eso sí no le tenemos afición).
En el mes de la independencia de Panamá hemos mostrado nuestra dependencia de los negocios oscuros y los arreglos bajo la mesa. Nuestra pasión por la impunidad. El descaro de nuestros gobernantes. Y, lo más preocupante, la indolencia de sus gobernados.

La necesidad

No, no te necesito para vivir, pero sí para estar vivo. No, para respirar; pero sí para transformar el oxígeno en energía. No te necesito para pagar las facturas de la cotidianidad o para fingir desidia en la cola del cine. Tampoco te necesito para hacerle la revisión al carro o para cambiar el aceite a las bisagras de las puertas que abro ya por costumbre o ara masticar el almuerzo del día a día.

Sí te necesito. Sólo para algunos asuntos trascendentales. En realidad, nada más te necesito para encontrarle sentido a caminar, a soñar, a pensar más allá de los próximos 4 minutos. Para moverme con un talante más digno, para levantarme ante tanto sarpullido en la corteza de la Humanidad, para reír en las mañánas, para beberme la vida sin prestar atención a los azucarillos falsos que la edulcoran.
Te necesito amor y te pido disculpas por la responsabilidad que comporta para ti. Tendrás que aguantarla aunque no creo que su liviandad te doble el espinazo. Lo más probable es que te des cuenta de que la necesidad de ti es gozosa, no tiene hipotecas asociadas, no amarga el dulce de tus labios ni provoca vértigo ante abismos inexistentes.
No te necesito para vivir, pero sí para estar vivo.

20/11/10

La rehabilitación

Mejor que no. Qué carajo le importa a Tolstoi que la Iglesia Ortodoxa lo rehabilite o no. Los fascistas tiene memoria y no olvidan a los seres libre y Tolstoi lo fue. Imagino que en su tumba, el anarquista brillante debe estar muerto de la risa del debate desatado en Rusia.
Lo que hay que pensar es si nosotros, ciudadanos libres víctimas de las iglesias, perdonamos a las religiones por todo el daño, la saña y la muerte que han provocado a la Humanidad. Lo que hay que romover es el fin de los privilegios a curas, pastores, popes y fascistas varios escondidos tras el cuento chino de la bondad. Las personas que visten estos ropajes no tienen por qué ser unos canalles, pero las instituciones que los apadrinan están manchadas de sangre y dolor.
Hoy, 20 N, se celebra la mancuerna entre la iglesia ctólica y el dictadorzuelo Franco. Lo que tenemos que hacer es excomulgar civilmente a tanto delincuente con sotana, a esos que estan reunidos en Roma ara ver cómo camuflar mejor la pederastia institucional.

18/11/10

La nueva independencia de Haití

Da igual si es instigada o no, si nos parece lógica o no, si estamos de acuerdo o no. A pesar del silenciamiento mediático (se cuenta pero sin valorar que es la primera revuelta seria contra la ONU en los últimos años), los haitianos vuelven a demostrar que tienen el gen de la idependencia metido hasta el tuétano. La revuelta contra los Cascos Azules (los boy scouts intergalácticos que tienen en su haber NO haber solucionado ni un solo conflicto armado en el planeta) es seria y va a más. La policía local es la encargada de hacer el trabajo sucio: disparar y dispersar a sus hermanos para que las tropas internacionales no se manchen las manos, como lo hicieron hace unos días al matar a tres ciudadanos desarmados.
La historia de Haití es la de la libertad: los que luchan por conseguirla y, aun peor, los que la consiguen son sevéramente castigados por el sistema que no permite estos deslices. Así fue aplasatada La Comuna en París (1871), así pasó con los luditas en Inglaterra (1890) o así aconteció cuando los trabajadores se levantaron en Santa Cruz en el episodio conocido como la Patagonia Rebelde (1921).
En 1804, antes que ningún criollo uniformado diera un paso hacia la independencia de las metrópolis, Haití se liberó de dos yugos: el del escalvismo y el de Francia. Aún paga sus consecuencias. Todo el mundo sabe lo que hay que hacer en Haití, excepto los haitianos. Esa es la teoría de tanta herminta de la caridad que anda suelta. Se olvidan, que los haitianos financiaron a Simón Bolívar, que fueron ellos los que reconstruyeron su democracia hasta que Washington decidió reinstaurar el caos. Se olvidan los internacionalistas de recordar que, justo antes del terremoto devastador de enero de este año, los Cascos Azules ya acumulaban un prontuario de violaciones de mujeres y niños y de delitos comunes.
La ayuda internacional no es gratis, ni desinteresada ni reconstructiva.
El enviado especial de la ONU para Haití es el niño bonito Bill Clinton al que el mundo le ha perdonado Somalia, la nefasta actuación en Kosovo, el endurecimiento del bloqueo a Cuba o la ruína de la mayoría de sistemas agrícolas del tercer mundo. La comunidad internacional ha inclumplido sus compromisos. Sólo Estonia y Brasil han puesto la ayuda comprometida mientras un grupo de intelectuales han puesto el dedo en la yaga al exigir a Francia que devuelva los 40.000 millones de dólares que serían el valor actual de los 90 millones en francos franceses que los haitianos le pagaron a París en "compensación" por su independencia.
¿Por qué confiar en todos ellos y e sus tropas vestiditas de azul? ¿por qué ceder la soberanía a los que tanto daño y dolor han sembrado en nombre de la supuesta paz internacional y el desarrollo?

Dos canalladas

La Tiranía (Comunidad) Internacional tiene la capacidad cuasi mágica de poner al mismo nivel a víctimas y victimarios, redimiendo a éste último y ensuciando al primero. Así ocurre con Israel y Palestina. El agresor se convierte en víctima y son los cuatro locos con bombas los que satanizan a todo un pueblo en resistencia.
Con el caso del Sáhara Occidental está siendo perverso el juego. Es decir, un pueblo expulsado de su territorio hace 35 años, que ha sufrido guerra, que sufre el exilio, que es reprimido, encarcelado, torturado y llevado al extremo debe "mantener la calma" y dialogar con su asesino, torturador y encarcelador como si nada hubiera pasado.
Las excusas de Marruecos sobre la sanguinaria represión del campamento de Aaiún es tan surrealista como la que dio Israel después del salvaje ataque a la flotilla humanitaria. Israel quería mostrar a los lobos como corderos y a los corderos como alimañas sin alma. Lo mismo ha hecho Marruecos, que aprende rápido, y el vicepresidente español recibe los falaces argumentos y les da patente de corso. Entre delincuentes se protegen y queda una vez más demostrado que el denominado "concierto de las naciones" es un club privado de manipuladores en el que los intérpretes desafinan y los pueblos no tienen asiento ni para tocar la pandereta.

*****

Los países autodenominados democráticos en Occidente tampoco tienen ojos para el drama de Colombia, país "pacificado" por San Alvaro Uribe, y "civilizado" por el niño dios Juan Manuel Santos. Un país tan tan pacífico y tan tan civilizado que su policía se permite el lujo de detener a la defensora de Derechos Humanos Carolina Rubio, embarazada de 8 meses, detenida en Bucaramanga y encarcelarla bajo falsas acusaciones de pertenecer a la guerrilla (como debían "permanecer" los 3.000 jóvenes pobres asesinados por el Ejército que dirigía Santos y presentados como insurgentes para mostrar resultados). Da igual su estado o su estatus, Carolina lo tiene mal porque este Estado impune hace lo que le da la gana jaleado por los Gobiernos-Empleados de las multinacionales españolas, canadienses o estadounidenses que se están forrando en Locombia.
Por supuesto, los medios en Colombia no le dedican ni una línea a la historia de Carolina. ¿Para qué gastar tinta en la verdad? ¿Para qué darle cancha a los incómodos?
Puta vida esta

17/11/10

pensamiento I

(De Vicente Romano, Medios de Comunicación y Falsa Conciencia)

La mediación efectuada por el pensamiento único reduce las contradicciones hasta el punto de eliminarlas. Su misión es la unificación de lo que se presenta dividido, disgregado. El pensamiento diferenciado, crítico, se realiza, sin embargo, como toma de conciencia de la realidad plural y contradictoria. Este tipo de conocimiento exige el esfuerzo constante de los seres humanos por aplicar el instrumento de la razón al dominio de su entorno. La reducción y simplificación propias de la producción masiva de comunicación disminuyen todavía más el gasto de señales. Expresarse con brevedad significa dejarse cosas fuera, descontextualizar la información. Pero esto no significa que esas cosas, relaciones, contradicciones, etc., no existan, sino que son desplazadas. Al mismo tiempo, cuando se comunica algo, ese algo adquiere un significado y una relevancia que no son los que tiene de por sí, sino el que se le dé. Como se sabe, toda información es selectiva e interesada.

Puede decirse entonces que cuanto más corta y estereotipada sea la comunicación, tanto mayor será la violencia simbólica y el poder mágico de los medios, y tanto menor el significado que puede utilizar para sí mismo el sujeto receptor.

Las listas

Las cosas tienen que estar catalogadas. Las personas también. Confeccionamos listas todo el tiempo para aprehender la realidad y no parece tan evidente que al estampar ahí un nombre o circunstancia la protejamos del ruinoso acontecer.
Una nueva lista de Patrimonios de la Humanidad pero la Humanidad sigue sin su propia lista que la proteja. Tratamos de conservar la parte, aunque intangible, pero e todo está en riesgo como una vez lo sintió bajo el promisorio invierno nuclear y ante el exitoso cultivo de la saña.
La música de marimba o el flamenco congelados por una lista confeccionada por burócratas del primer mundo en un país del tercer mundo, que así queda mejor. Un extraño orgullo el de que te digan que lo que ya valia ahora vale, que el ritmo denostado por algunos pedantes ahora puede sentirse de buena familia...
Esta manía de coleccionar y hacer listas nos matará algún día. "Este es mi catálogo de amores", contará un superviviente. Aquí tengo mi lista de errores mundiales, "responderá su contetrtulio en la planicie salada de Uyuni...
Es fácil en nuestro tiempo comprar megas de memoria, pero el olvido de lo importante, el olvido... ese parece que lo regalan en las puertas de los colegios y de los prostíbulos.

16/11/10

Huir del paréntesis


Debe ser que no estaba despierto cuando recorté tu piel y la cosí a la mía. Ha debido ser el alguno de los 216 mil minutos que ya me ha regalado esta vida junto a ti. O quizá fue antes, mucho antes. Cuando el olor de tu cabello me perturbaba igual que ahora, cuando la necesidad del requiebro de tu cuerpo era tan intensa como lo son ahora las huellas de tus labios. Lo cierto, y eso tranquiliza, es que incuso ahorita, que estás tan lejos, tengo la sensación de que respiro en ti para huir de estos paréntesis. No me interesa jugar a mayor, ni salir a cazar armado de mentiras y máscaras para poder seguir aliemhatndo al carro o al basurero más cercano. Tampoco es urgente facturar en la antesala de la explotación, ni siquiera felicitar a pulmón batiente a los triunfadores del milenio. En realidad, lo único que tiene sentido es aferrarme a tu silueta, escuchar tu voz cuando abraza a mis miedos y los diluye, dejarme mecer por esta seguridad absoluta de que la felicidad era esto.

La ONU sin espejos

La ONU responde como un gobierno. Ante las críticas y los ataques de los que supuestamente deberían estarle agradecida, la ONU pide a los haitianos: "urge a la población a permanecer vigilante y a no permitir que los enemigos de la estabilidad y la democracia en el país le manipule". Eso sí, el mete un nuevo componente y, magnánima ella, achaca los ataques a sus Cascos Azules a la "debilidad emocional" de los haitianos.
Es decir, no son solo pobres, tontos y negros, sino además débiles.
Aun espera uno ingenuamente que los internacionalistas, las hermanas de la caridad azules o las decenas de oneges que están salvando al mundo pidan alguna vez perdón o disculpas por sus errores. Que el mandato en el papel de una organizacións sea hacer el bien no significa que siempre lo haga bien.
Los haitianos tiene derecho a decidir quién y como se les ayuda. Especialmente, si los que se supone que lo hacen cometen tantos errores, incumplen sus promesas y, en la práctica, dan un golpe de Estado porque no confían en las autoridades locales.
Haití es una roncha en la frente de la Humanidad. También lo son Darfur, Palestina o el Sáhara occiental. La buena noticia para occidente es que se nos acabaron los espejos y no tenemos por qué soportar el pestilente tufo de la vergüenza que exhalamos.

15/11/10

Lo que los medios no te cuentan

Terminó la Cumbre Continental de Comunicación de Abya-Yala y nadie se ha enterado. Los grandes medios, preocupados por la crisis económica, las anécdotas políticas o las estrecheces locales son incapaces de ver la realidad "no oficial" que bulle en nuestro continente. Mil quinientos delegados de todas las esquinas de Abya Yala se reunieron en el Cauca Colombiano para resistir desde la comunicación y para construir desde ella. Autoridades tradicionales, representantes de diversas organizaciones y comunicadores indígenas de más de 24 países, de 79 nacionalidades y más de 200 organizaciones indígenas estuvieron reunidos, trabajando, tejiendo caminos de palabras del 8 al 12 de noviembre.
Tejen palabras para organizarse, para defenderse, para actuar. Los indígenas de Abya Yala saben que no pueden esperar más que se les "concedan" derechos sino que deben ejercerlos sin más: “Si no salimos al aire con permiso o sin permiso, no vamos a tener poder político como Pueblos Indígenas”; “nuestro ejercicio comunicativo debe hacerse tengamos o no tengamos leyes a nuestro favor” . Si quieres saber más sobre lo acontecido en La María Piendamó entra a http://www.cccia-2010.com/

14/11/10

Descafeinamientos

Somos descafeinados. O, en realidad, no lo somos, pero fingimos serlo. Época de despistes cósmicos en los que la gente se deja el alma por salvar a unos tiburones mientras el cólera muerde el alma de un pueblo o al tiempo que millones de inmigrantes económicos y desplazados por los conflictos mundiales vagan como fantasmas en un planeta en el que son invisibles (o la menos, mucho más invisibles que pajaritos, tiburones y gorilas). Los humanos ya no somos humanos porque nos han "cosificado", unos productos más en este sistema de productos que provocan el capricho y aburren antes incluso de ser utilizados.
Escribe hoy Zizek: "En el mercado actual encontramos una amplia gama de productos carentes de su componente nocivo: café sin cafeína, nata sin grasa, cerveza sin alcohol... ¿Qué decir del sexo virtual, que es sexo sin sexo; de la doctrina de guerra sin víctimas (en nuestro bando, claro) de Colin Powell, que es una guerra sin guerra; de la redefinición actual de la política como arte de la administración técnica, que es una política sin política? Todo ello nos conduce al tolerante multiculturalismo liberal, que es una experiencia del Otro privado de su otredad: un Otro descafeinado que practica danzas fascinantes y que aborda la realidad desde un enfoque holístico ecológicamente sensato, mientras rasgos como el maltrato a la esposa quedan fuera de cámara".
Somos descafeinados seres miedosos de vivir porque nos da pánico el otro. Su fuerza, su mierda, su olor, su poder, la imperiosa necesidad de convivir con él o con ella. Por eso fracasamos cada vez que nos sentamos a tratar de hacer las cosas en comunidad. Porque hasta que no volvamos a ser con todo y a aceptar a ese Otro universal pero, al tiempo, tan concreto, estaremos condenados a este diálogo de sordos, a este estar juntos pero no ser juntos, a este compartir apartamento pero no saber caminar al tiempo.

13/11/10

Aparecidos

Son unos 100.000 los desaparecidos de la Guerra Civil Española. Huesos roídos por el olvido que se acumulan bajo las nuevas autopistas y sobre el viejo rencor de vecinos enfrentados a la saña y provocados por las banderas. Sólo unos 5.000 y tantos cuerpos recuperados, solo 10 años de aparecidos porque España es un país que se niega a releer su historia, a enfrentarse a sus fantasmas, a releer discursos, a custionar personajes. De pronto, todos los países son así: maquinarias de mentir para construir una identidad nacional excluyente y suicida.
Hoy se han manifestado miles en Madrid, apoyando a los saharuis a los que dejamos tirados. Utilizo la primera persona del plural porque los que compartimos pasaporte tenemos responsabilidad. Especialmente ahora, que hablamos de democracia, que se supone que nuestros gobernantes representan a la soberanía del pueblo. El gobierno cobarde de Zapatero -cobarde y tramposo como siempre ha sido el PSOE- se hace el loco con Marruecos para proteger intereses económicos. Esos intereses que son los mismos que marcan las relaciones diplomáticas con América Latina o con la infame China.
Nuestros muertos se revuelven en las fosas comunes silenciadas. Se indignan porque lucharon por construir una sociedad más decente, más justa, más tolerante. La pérdida fue brutal y ahora podemos ver las consecuencias. No sólo quedó derrotado un sueño, sino anulada la capacidad de protesta, enquistado el motor alado de la dignidad, sepultada la inminente necesidad de revuelta.
Son tiempos de medir las derrotas de hace 50 años. Los pactos vergonzantes tras la segunda Guerra Mundial son los que nos traen la estructura geopolítica de nuestros tiempos. Las innecesarias bombas nucleares que cerraron el festín de sangre fueron un puñetazo en el tablero de damas en el que se debatía el planeta. El triunfo de las tesis neoliberales y el abrazo cobarde del keyneisanismo como salvacion de los rescoldos del primercapitalismo nos han llevado a este consumismo individualista estúpido que nos está vaciando de humanidad, de humanismo.
Los aparecidos, aún siendo pocos, deberían alzarse del suelo, agarrarnos de la mano y recordarnos que la pelea es peleando, que los cambios no se dan sin sacrificios, que manifestarse, que solo manifestarse no es pasar del "happening social"- como lo definía Günter Anders- y que si no nos recuperamos de aquellas guerras no podremos librar las batallas venideras.

12/11/10

Cansados de lo inevitable

Amy Goodman, de Democracy Now!, lo dijo ayer en Buenos Aires: "estamos cansados de que se nos imponga como inevitable la masacre económica y la violencia como modo de resolver los conflictos". Nada es inevitable, no hay ley divina, no hay leyes naturales ni destino preescritos. O cambiamos nosotros este mundo o no lo cambia nadie. Si esperamos al cataclismo azteca o al efecto de tres trillones de marioposas aleteando olímpicamente, estamos perdidos.
El desánimo es tentación diaria y es un arma con la que juegan los poderes. Hay que parir proyectos, hay que impulsar procesos, hay que hablar, hablar, hablar... convencer a la gente de que pensar no es delito y de que, como en el caso del cuerpo, es un tema de práctica: una vez que te acostumbras a pensar no puedes desconectarte.
Lo inevitable es revelarse, gritar "¡basta de tanta mentira!", indignarse, no transar con los canallas, no retirar la mirada cuando los poderosos nos tratan de intimidar... no ceder ante lo que parece sólido y, en realidad, es puro gas metano fabricado en los sótanos de los bancos y las transnacionales.

11/11/10

Horroris Causa en Murcia

El mismo rector que hace 10 años me mostró la puerta de salida de una universidad por consirarme "instrumento del demonio" le ha impuesto el doctor honoris causa a José María Aznar en mi región de origen (la pobre Murcia que un día fue terreno fértil para la utopía y hoy es un feudo estéril de la derecha más casposa de mi país). El tema no es escandalizarse, como hace parte de l izquierda española y de la gente pensante que queda por allá, sino cuestionar por qué se han permitido en la península tantas malas universidades que engordan gracias al mito de que "la educación os salvará" y que pavimentan el futuro de los jóvenes de estupideces mentales o de mala educación.
Es cierto que nunca seré presidente de ningún país. Si lo fuera, quizá una de las primeras medidas que pondría en marcha sería acabar con la educación privada. Sólo cuando todo hijo de vecino tiene que compartir aula se mejora la calidad de la educación, la calidad de los seres humanos y la calidad de la convivencia.
Que una universidad católica ultraderechista le dé un premio a Aznar es tan natural como que Arabia Saudita o Pakistán le den un premio al Orden al Gobierno dictatorial de Marruecos.

La patria

Polleras y mentiras para celebrar la cuna de oro. Todas las patrias se fundan sobre el engaño y no hay manera de compartirlo si no es repitiéndolo hasta el artazgo y haciéndolo verdad. ¡Ay patrias del mundo!, asesinas en nombre de trozos de tela, vacíos remansos donde descansar las frustraciones...
Hoy se pregunta alguien en Kabul cuál es el significado de patria, lo mismo hace un amigo en Guabo o un desconodio en la Patagonia. Para encontrar respuesta solo hay que escuchar la bobalicona canción de Blades o leer los cícilicos artículos de opinion vacíos de significado pero llenos de florituras que se publican en estos días en el Istmo. Patria es la nada disfrazada de abundancia, la tiranía pintada de carnaval, la democracia camuflada de guerra.

10/11/10

El dolor

El dolor es terco. A las dos de la mañana, en un hotelito de Socorro puede llegar detrás de un puñal o antecediendo a la saña. También puede ser vómito en un hospital de campaña en algún pueblo haitiano o abandono de la casa en cualquier ciudad de desempleados europeos. El dolor es particular, singular, tiene nombre y apellidos, no se esconde.
No se puede atenuar. El dolor tiene su propio tempo, su ritmo y sus lágrimas. O sus silencios. Esta mujer que no conozco. Callada, tratando de entender lo que no tiene más lógica que la del animalismo que nos habita.
El dolor es también una industria, el terreno abonado para políticos y publicistas de esta paradójica época del placer y el goce. Nos venden una vida llena de placeres embotellados y nos bebemos una muerte repleta de dolor y de gangrenas.
Quizá toque aceptarlo, vivirlo, beber de la sal que destila y no pararse a pensarlo. Quizá lo que corresponda es no engañarse, no pensar que esta vida es un océano de mermelada (Zuleta dixit), aceptar que la felicidad es ese leve espacio que acolcha los paréntesis de la muerte y que desperdiciarlo es, en todos los casos, un acto de irresponsabilidad, de falta de amor, de desidia.

9/11/10

Los dos El Aaiún

Casi borro el anterior post porque caí en la tentación de resolver lo complejo a la velocidad de este tiempo: la del vómito. Hay asuntos que hay que rumiar, en los que el buche debe hacer doble trabajo para tratar de digerir lo que ni tan siquiera se puede saborear.

En este momento deben estar a punto de amanecer en El Aaiún. Yo me bauticé en El Aaiún. No en ese en el que los marroquíes están ejerciendo de ejecutores en el gueto de Varsovia, sino en su doble.

Recuerdo la hamada en toda su dureza y ternura. Allá, donde el romanticismo literario del desierto se convierte en película de terror, donde el cielo nocturno saturado de estrellas es el único espacio amable, también hay un El Aaiún. Es uno de los campamentos de refugiados saharauis, bautizados con los nombres de las ciudades añoradas para no olvidar la poderosa razón por la que generaciones de saharauis han hipotecado su vida a la hamada y a la cooperación internacional.

Quizá el de los saharauis es uno de esos ejemplos de tenacidad que ya no abundan. Desde que la España finalfranquista incumpliera los acuerdos de autodeterminación y saliera corriendo ante la autodenominada Marcha Verde organizada por la monarquía marroquí, los saharauis llevan casi 36 años de resistencia. Primero, la guerra, hasta 1991, después la dignidad organizada en la lógica cuasi militar del Frente Polisario. La caída del Muro de Berlín debió provocar ciertas esperanzas en la dictadura marroquí (es con la que España negocia ahora acuerdos pesqueros y dónde Zara o Camper tienen su maquilas), pero el Polisario ha aguantado a pesar de que la única solidaridad que queda es la de Argelia y la de la sociedad civil de la península y de otros muchos puntos del planeta.

El Sáhara mantiene un gobierno en el exilio, en Rabuni, la sede administrativa junto a las campamentos de la Hamada de Tinduf; tiene embajadores; hospitales, escuelas y proyectos. Nunca acomodándose a la injusticia. Quizá por eso, los refugiados siguen viviendo en haimas (carpas) con algún pequeño edificio de adobe adosado. Quizá por eso, cuando ya casi nadie se acordaba de ellos, unos 15.000 saharauis se apostaron a las puertas de El Aaiún de verdad. Quizá por todo eso, Marruecos, usurpador de territorio y de vidas, país dominado por un fanatismo religioso muy pragmático, monarquía absoluta y hereditaria invitada a la mesa de las democracias europeas, no los ha olvidado y los reprime a sangre y fuego.

Durante los 16 años de guerra abierta, el poderoso ejército dirigido desde Rabat y el infinito muro con el que trató de poner puertas al desierto Marruecos no pudieron con la guerrilla del Polisario. Hoy, tampoco, a pesar de la vergonzosa actitud de la Onu, de España y de la autodenominada Comunidad Internacional (esa que tiene un rasero diferente para cada circunstancia).

Los saharauis no tiene nada que ofrecer excepto su tenacidad y en este mundo de productos eso suena mal. Marruecos, reino alauita, a cambio, se ofrece como un contrapeso al islamismo satanizado por occidente y por los locos del cinturón explosivo.

Esta noche, recuerdo, sin embargo, todo lo que a mi me ofrecieron. Fueron varias las bajadas a Tinduf. La primera por carretera, en un viejo autobús acatarrado que nos dejó botados en medio de la inmensidad de fuego. Las siguientes ya en avión. Yo era un niño y en los campamentos del Polisario tuve los primeros encontronazos con la realidad, me mordí los labios de la rabia por no poder entender tanta injusticia, entendí que la comunidad internacional no sirve de un carajo (aunque me llevara años verbalizarlo), que las personas importan poco cuando los poderes juegan al ajedrez.

Recuerdo perfectamente a los Cascos Azules atrincherados en cápsulas de aire acondicionado y a los helicópteros que les hacían llegar fruta fresca; recuerdo a Deish y los años que compartimos en Tinduf y luego en Madrid; no olvido los tres tes (amargo como la vida, dulce como el amor, suave como la muerte) ni las conversaciones con José Antonio bajo la cúpula brillante de los dioses; allá compartí sueños con Javi para luego darme cuenta de que las evoluciones humanas son inescrutables (Javier hoy dirige un medio de comunicación fascista en España); presencié como el calor y la incapacidad de comprender el mundo puede volver loco a un hombre si lo sacas de su pequeño mundo seguro; no puedo olvidar el acento cubano de los profes saharauis ni el áspero rascar del tabaco negro argelino que fumaba en la pipa saharaui que aún me acompaña; no quiero olvidar cómo me hicieron sentir en casa los que no tenían casa. Los que hoy siguen muriendo y luchando por su casa.

No puedo hacer mucho desde esta distancia o desde estas otras trincheras. Excepto recordar y contar. Y compartir con las 10 personas que leen este blog la tristeza profunda de presenciar a través de las palabras la vergonzosa represión y el cómplice silencio de Madrid; el orgullo infinito por haber conocido y acompañado alguna vez al pueblo saharui, y el imperioso llamado a apoyar los procesos de autodeterminación y liberación de los cientos de pueblos oprimidos sobre este planeta doliente.

Salamu Aleicum

8/11/10

¿Algún día triunfarán los buenos?

Allí comencé a despertar políticamente. Las primeras discusiones largas sobre revuelta y liberación, el primer contacto con refugiados, con dignidad excluida, la primera decepción con una causa, la primera conciencia viva de que el mundo era tan perverso como lo intuía. Era un crío y quedó para siempre una conexión con el pueblo saharaui: vendido y abandonado por España, ultrajado por Marruecos, ninguneado por la ONU y olvidado por la mayoría del planeta.
En los campementos de refugiados, aprendí el poder de la palabra (y el miedo que da incluso al movimiento revolucionario), la fuerza de las raíces, la disciplina de la guerra, lo poco democrático que es resistir.
Hoy, viendo las imágenes del campamento de protesta saharaui arrasado a 15 kilómetros de la añorada El Aaiún, no es tristeza lo que me embarga, sino decepción. Décadas e negociaciones, décadas de sufrimiento en la hamada del Sahara no han servido de nada. Los intereses económios de España priman sobre la efensa de la dignidad humana y sobre la reparación de la injusticia histórica del patético final del franquismo. ¿No habrá nada que hacer? ¿Jamás ganarán los buenos? Seguirán saharuais, kurdos o palestinos obligados a la exclusión en sus propios territorios. O yo no entiendo nada o este planeta está gobernado por hijos de puta. Creo que es lo segundo.

7/11/10

Las piedras del libertario

(Último post en FronteraD)

Un término le ha sido usurpado al anarquismo: libertario. Es evidente que el anarquismo es libertario y que busca el bien común, considerando como enemigos de lo social a la propiedad privada y al ejercicio asimétrico del poder desde cualquier instancia pública o privada. Pero los libertarios de derechas se hacen denominar así para defender la soberanía indudable del mercado sobre el Estado, para exigir la reducción al mínimo de las administraciones públicas y para, en última instancia, abogar por el individualismo a ultranza.

Para los libertarios de derechas, cada uno es responsable de su vida y no puede echar la culpa a factores externos. En ese sentido, el Estado no tiene por qué compensar las debilidades de aquellos que son pobres porque quieren, analfabetos por decisión propia, cobran por sexo porque son incapaces de ser gerentes de mercadeo, y cojean porque no les da la puñetera gana de volar.

Uno de los próceres de los libertarios latinoamericanos es Mario Vargas Llosa, insoportable premio Nobel que moría de ganas por ostentar el blasón sueco y que ahora dice que le ha complicado la vida (que Camilo José Cela lo aguarde en su remanso). Vargas Llosa, sabedor de todo y apostador a nada, mancha su fama literaria con su malcrianza política, jugando a salvar a su país siempre que gane elecciones y viviendo como europeo siempre que Lima no le imponga la banda presidencial (quizá por eso vive desde 1958 en Europa).

En su penúltima Piedra de Toque, columna que el seudoprogresista diario El País publica junto a decenas de diarios Latinoamericanos, Vargas Llosa analiza el fenómeno del Tea Party y se le ve el plumero. Sí, reconoce que en la corriente republicana ultraderechista hay algún loquito suelto, pero confiesa que, desde su óptica: "hay en la entraña de este movimiento algo sano, realista, democrático y profundamente libertario. El temor al crecimiento desenfrenado del Estado y de la burocracia, cuyos tentáculos se infiltran cada vez más en la vida privada de los ciudadanos, recortando y asfixiando su libertad y sus iniciativas; la apropiación por parte del sector público de funciones o servicios que la sociedad civil podría asumir con más eficacia y menos derroche de recursos; la creación de sistemas llamativos de asistencia social que sólo podrán financiarse con subidas sistemáticas de impuestos, lo que se traducirá en caídas de los niveles de vida de las clases medias y populares".

Vargas Llosa ya expresó esta teoría hace 10 años en el prólogo a la segunda versión del panfleto que rezuma bilis firmado por su hijo Álvaro y por dos reconocidos ultraderechistas latinoamericanos, el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza y el renegado cubano Carlos Alberto Montaner (una máquina de propagar odio en Otramérica). En el autodenominado "Manual del perfecto idiota latinoamericano... y español" (es decir, todos aquellos a la izquierda de los autores), Vargas Llosa padre escribía: "Casi todas las otras variantes de la idiotez política hispánica derivan de la beatería estatista, curiosa aberración en un país donde el Estado no hace más que demostrar a cada paso (...) que empresa que monopoliza, la arruina, y función que administra, la burocratiza y estraga. También, que la corrupción es fenómeno inseparable de la elefantiasis estatal (...)".

La miopía y la deformación de la realidad del premio Nobel es supina. O quizá sea fruto de su aislamiento del mundo real, característica que azota a todos los famosos como Vargas LLosa que visitan guerras y supermercados como en papamóvil, para ser vistos y para ver solo lo que las orejeras de sus anfitriones les permitan. En el caso del Tea Party, Vargas LLosa se suma a los que opinan que Obama es una reencarnación de Stalin que puede convertir al país de las barras y estrellas en un régimen estatista planificador. Pensar eso es creer en los reyes magos o en la visita semanal de ovnis a los campos de Albacete. Pero es evidente que la teoría del escritor ha naufragado en su casa, Latinoamérica, ese lugar que solo visita de pasada y desde hoteles de cinco estrellas.

En Otramérica no ha habido Estado, excepto en el caso de las dictaduras de derechas, que de una u otra forma coparon todos los espacios públicos y privados.La economía, la salud, la educación o las infraestructuras públicas han sido planificadas por las instituciones financieras internacionales y decididas y administradas por la "sociedad civil" de la que habla Vargas Llosa (la United Fruit Company, la Exxon, Repsol-YPF, las mineras de cobre en el cono sur o los narcos en Colombia o México). Nadie paga tasas -ni siquiera la familia Vargas Llosa- y casi no hay impuestos según los ingresos, sino que se bendicen los impuestos directos al consumo, los más injustos. La burocracia es necesaria para que las empresas hagan negocios billonarios sin dejar réditos a los países y la asistencia social es un mal chiste del que solo se tiene noticia durante las campañas electorales.

Sin embargo, en esa Europa de la que Vargas Llosa se beneficia, hay aún países con una seguridad social efectiva (con problemas pero efectiva), la crisis económica no ha sumido a los países en el caos gracias a la existencia del papá Estado que tanto le molesta, y la corrupción es proporcionalmente menor a la que sufren los países con aparatos estatales débiles.

Es probable que la piedra del Nobel libertario esté mal enfocada. Quizá el pobre, concentrado en su obra literaria, no haya comprendido la diferencia entre poder Ejecutivo y Estado, entre Estado del Bienestar democrático y gobiernos dictatoriales. Si algo ha quedado demostrado durante la crisis económica que no cesa es que el mercado ha hecho trizas la convivencia ciudadana, que los gerentes de bancos y mutinacionales son los reyes de la corrupción y de la violación de los Derechos Humanos en los países del Tercer Mundo sin Estado, y que seres como Vargas Llosa (y sus amigos del Tea Party) nos pueden llevar a una crisis social y violenta solo comparable a los reajustes genocidas de las guerras mundiales o del periodo colonial. El siguiente premio Nobel de la Paz, siguiendo el ejemplo de Obama, deberá ser también para el escritor ¿peruano?

El enemigo

Siempre hace falta un enemigo. Discreto depositorio de las rabias propias, necesario receptor de las frustraciones enquistadas, bandera que ondear cuando los problemas en casa no encuentran solución sin autocrítica... Por eso Nicaragua o Costa Rica se necesitan, por eso Francia y Alemania se necesitan, por eso el Papa y la comunidad gay, por eso el Madrid y el Braça se necesitan... cagarnos en el otro para aliviar nuestro estómago y gritar más alto que el enemigo para acallar sus verdades.

4/11/10

Hasta que el tiempo nos olvide

La piel tiene un poder incontestable. El roce suave de estos labios en tu soleada piel nubla la tormenta de los tiempos. Ahora, ya sin la brecha de la distancia, sin el foso incontestable de la espera, no cejo en mi empeño de conquistarte, de buscarte entre la olorosa ropa del tendal en el que colgamos algunos días nuestra sonrisa. Me gusta sentirte cerca, saber que hay algunas palabras esperándome, que las yemas de tus dedos conjugan armonías con caricias, que la luz con que tus ojos me regalan las mañanas es la misma en que puedo encontrar la calma de las noches.
Hoy, cuando el tiempo hace una muesca más en esta vida con-sentida, no me resigno a los recuerdos ni a las hipotecas; a lo posible ni a la desgana. Más bien, me consagro al deseo, a ese hambriento deseo de vivir-te, de oler-te, de acompañar-te hasta que el tiempo nos olvide y seamos no más que pasado.