Paco Gómez Nadal // Sábado 6 de junio. Bonito día. Nublado pero agradable.
Perfecto para caminar y disfrutar de la Smartcity: con sus sensores (tan
útiles), sus pantallas que te avisan de plazas de estacionamiento fantasma, su
Centro Botín sin paredes -de tan moderno que es- presidiendo la Bahía, su sede
del Reina Sofía tan fantasma como los estacionamientos, su anillo cultural
apretando el dedo, los ciudadanos preparando la tortilla de patatas para ver
sin nervios la final de la Champions entre dos equipos extranjeros en una ciudad
tan española ella…
Todo perfecto, excepto por una música taladrante que sale de
la Plaza del Ayuntamiento. Fijo la vista: hay una tarima con carpa en un
costado del espacio público. Está rodeada por una pancarta con el escudo de la
ciudad en la que puedo leer: “Ayuntamiento de Santander”. Todo bien, da gusto
que el consistorio sea generoso y preste el equipamiento y el espacio público
para actividades lúdicas inteligentes (como la Samartcity). Un segundo… hay una
segunda pancarta, más grande… ¿qué pone…? Se lee bien porque está puesto bien
grande: “o-r-a-c-i-ó-n-p-o-r-e-s-p-a-ñ-a”. Joder… que Unamuno y López Albo cierren
los ojos, que Rouco Varela baje de su ático y lidere a esta masa dispuesta a
salvarnos a punta de rezos varios, que el Barça salga de su error y cambie el
‘visca’ por el “arriba España”, que Monerris quite de su catálogo el pecaminoso
helado de coco con stracciatella…
Todo cobra sentido… me lanzo sobre la página santandercitiybrain (joder con el
inglés… ¿por qué no sería más aplicado en el colegio público monolingüe?),
trato de competir con propuestas brutales… ummmm… veamos: un parque para poder
practicar el workout, el freerunning y el parkour (debe ser divertido y smart
aunque no tenga ni pajolera idea de qué hablan), objetos perdidos Santander
on-line, red social nocturna para smartphone con posicionamiento y cheking en locales…
Ya entendí… mi propuesta debe llevar, al menos una palabra
en inglés. Lo pienso, lo maduro… ok… lo tengo: “Convertir el hasta ahora
conocido como Centro Botín en un Prayer for
Spain International Convention Center”. ¡Toma ya! Seis palabras en inglés y
una idea genial para situar a la ciudad como capital de la reserva espiritual
de Europa. Una colonia-refugio para tantos miles de ciudadanos que ya están
haciendo sus maletas ante la llegada de los soviets, un espacio libre para
mostrar con orgullo el nuevo polo con la bandera de Eshhhhpaña diseñado por Aghata Ruíz de la Prada y tal y tal.
Creo que si Íñigo (como le llamamos los de su clase, así:
sin apellidos que lo alejan de la ciudanía), toma mi idea y la desarrolla se
acabará la huida de población de la ciudad y los niños pobres de Santander
podrán llenar su estómago de originales rezos y de alguna moneda que podrán
bucear en Puerto Chico (que lo de recuperar las tradiciones vende mucho
también). Ahora que va a firmar el
cheque a Ciudadanos para poder gobernar en calma (¿será que antes no creía en
la anticorrupción?) podrá exigirles una alianza para echar a los sarracenos de
la capital y para poner un control de españolidad en el túnel que pasa por
debajo del centro Bo… perdón: del Prayer
for Spain International Convention Center.
Ya no tendrá que aguantar más a los pesados de Cáritas
llorando porque les da poca pasta (ya ven ustedes, que los de Cáritas podían colar
un concejal en los plenos y recibirían 280 pavos por sesión, en lugar de los
157 mensuales con los que ahora los subvenciona el Ayuntamiento). Ningún
cristiano de bien podrá estar en desacuerdo con vivir en capital tan pía a la
par que smart.
Lo veo: pantallas que indiquen cuantos asientos quedan
libres en el Center este, rezos
espontáneos en las casetas de las fiestas de ¡Santiago (y cierra, España!),
becas de empleo para los desempleados afiliados a la Asociación Cultural
Alfonso I, smartpeinetas (con
sensores en la puntita) con luces de bajo consumo en el Santander Music, convenciones de editores
independientes de misales, bodegas de vino (con) sagrado, una sana competencia
de mercado entre los rezanderos católicos, los evangélicos y otros invitados a
ocupar suelo industrial sin pagar impuestos…. ¡Cómo he tardado tanto en tener
esta epifanía! Esperanza… no tienes
porqué aguantar a Manuela y sus huestes de rojos: vente para Santander…