30/1/15

Las 43 brechas

Se los llevaron vivos, vivos los queremos

Hay estados gaseosos y estados asesinos.
Ambos son difíciles de aprehender… se mueven inconscientes del peso del lastre  de su propio lastre y creen que nada de lo que ocurre a pie de tierra terminará por afectarles.
Hay estados asesinos que culpan a quienes los denuncian de ceguera o mala baba, de falta de docilidad y estupidez. Hay estados asesinos.
Los estados asesinos, emborrachados con su propio semen de guerrero patriarcal, suelen olvidar que los pueblos son más bravos cuando parecen dormidos, o desaparecidos -que hay muchas formas de desaparecer sin que el cuerpo se extravíe-; que los pueblos, cuando menos se les espera, encuentran 43 razones de fuerza para resistir, para subvertir, para construir, para caminar, para amasar…
Ayotzinapa apenas se distingue en el mapa de la realidad pero es trazo fuerte en el sendero de los arrancados, de los nadie, de los todos.

Hay estados asesinos que empiezan a morir por las 43 heridas abiertas en su falo destructor.

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